El mercado cambiario peruano cierra el 2025 con una tendencia clara: el dólar sigue depreciándose, acumulando una caída cercana al 10 % desde enero, una variación atípica para un país acostumbrado a fluctuaciones moderadas. Esta trayectoria descendente responde a una fuerte sobreoferta de dólares, según advierten economistas, y podría mantenerse durante el 2026 si las condiciones actuales no cambian. El impacto ya se siente en los hogares, empresas importadoras y exportadores, que ajustan sus decisiones ante un tipo de cambio persistentemente más bajo.
Para el economista Jorge González Izquierdo, la explicación es directa: hay más dólares de los que la economía necesita. Esta presión, equivalente al 2.5 % del PBI en 2025, supera incluso la de años previos. “Es como una mano que agarra el precio del dólar y lo empuja hacia abajo con bastante fuerza”, señaló. Parte del fenómeno responde al buen desempeño exportador, con minerales como el cobre y el oro en niveles altos; sin embargo, advierte que este análisis debe considerar también importaciones, salida de utilidades y déficit de servicios para entender el balance real de divisas.
Tras ajustar ese cálculo, el analista identifica a las remesas como uno de los motores más potentes: cerca de USD5000 millones anuales ingresan al país solo por ese concepto. A este flujo se suman dólares que entran por canales no tradicionales, incluidos movimientos que no pasan por el sistema formal. Estos ingresos adicionales, aunque difíciles de rastrear, refuerzan la presión bajista sobre el tipo de cambio y explican parte de su persistente debilitamiento.
En la balanza de pagos, estos montos aparecen como “errores y omisiones”, un rubro que este año creció de manera notable. González Izquierdo sostiene que parte de este dinero estaría vinculado a actividades ilegales como minería informal y narcotráfico, las cuales introducen grandes cantidades de divisas sin registro. La combinación de exportaciones fuertes, remesas récord y flujos no declarados ha creado un escenario de abundancia de dólares que el mercado viene absorbiendo con lentitud.
Frente a la caída sostenida del tipo de cambio, el Banco Central de Reserva del Perú mantiene su prioridad en la estabilidad de precios. Su presidente, Julio Velarde, reiteró que la institución no defiende un nivel específico del dólar, sino que interviene únicamente cuando detecta movimientos bruscos que puedan generar pánico o afectar decisiones empresariales. De este modo, el BCRP suaviza la volatilidad, pero no altera la tendencia estructural, que hoy continúa empujando al dólar hacia uno de sus niveles más bajos en los últimos años.