E l 16 de diciembre del 2015, siempre será recordado por todos los hinchas rojinegros, ya que aquel histórico día, nuestro querido FBC Melgar, el equipo más representativo de Arequipa consiguió la hazaña de proclamarse campeón nacional del fútbol peruano, nada más y nada menos que en el año de su centenario.
Después de muchos años de sufrimiento y acostumbrado a pelear el descenso, el FBC Melgar inició la temporada 2014 con un ambicioso proyecto encabezado por el entrenador peruano Juan Reynoso, aquella campaña el Dominó fue el equipo que más puntos sumó en el torneo, pero la absurda elaboración de las bases del campeonato le impidió participar en la gran final y tuvo que conformarse con la clasificación a la Copa Sudamericana.
La buena campaña realizada dio lugar a que los diferentes programas deportivos lo consideren como un serio candidato al título del 2015. Para la nueva temporada, el FBC Melgar tenía como principal objetivo campeonar, Juan Reynoso reforzó el equipo y formó un demoledor ataque con el goleador histórico Ysrael “Cachete” Zúñiga, el argentino Bernardo Cuesta y el colombiano Omar Fernández, entre los 3 sumaron 48 goles.
La temporada empezó irregular, pero con el transcurrir de las fechas, el equipo se fue compenetrando y empezó a conseguir importantes triunfos, que llenaron de entusiasmo al exigente hincha arequipeño.
Por segundo año consecutivo el equipo sangre y luto alcanzó el mayor puntaje acumulado, y gracias a las reformadas bases del torneo, se ganó un lugar en las semifinales. A pesar de haber asegurado un lugar en estas instancias, por tramité debió medirse ante el Real Garcilaso del Cusco para definir al ganador del Torneo Clausura, equipo al que derrotó en tanda de penales.
En semifinales, el representativo arequipeño debió enfrentar nuevamente al equipo de la Ciudad Imperial, el primer partido se llevó a cabo en Arequipa con victoria para los locales, gracias al agónico gol de penal anotado por “Cachete” Zúñiga. En aquel encuentro la escuadra mistiana dejó muchas dudas, se preveía un duro partido en Cusco, pero no fue así, ya que el Dominó ganó por un contundente 4 a 0, con soberbia actuación del argentino “nacionalizado” arequipeño Bernardo Cuesta.
En la otra llave, el Sporting Cristal dejó en el camino a la Universidad César Vallejo, los rimenses serían entonces el último escollo para alcanzar la gloria.
La primera final fue el domingo 13 de diciembre en el estadio Nacional, los rojinegros consiguieron un valioso empate de 2 a 2, lo que les daba ventaja para definir la serie en el estadio Monumental de la Unsa.
La posibilidad de ver nuevamente campeón al equipo de la ciudad, después de 34 años de frustraciones, generó una gran expectativa en la población. Los hinchas acamparon en las afueras del estadio para poder adquirir las entradas, quedó demostrada la veracidad de aquella frase que dice: “Melgar es Arequipa, Arequipa es Melgar”.
Llegó el ansiado día, aquel inolvidable miércoles 16 de diciembre, la ciudad se vistió de rojinegro, el recinto deportivo estaba atiborrado de impacientes hinchas, los que no lograron conseguir entradas se congregaron en la plaza de Armas para observar el partido en una pantalla gigante que había instalado la Municipalidad Provincial.
Juan Reynoso mandó al campo la siguiente alineación: en el arco Patricio Álvarez, en la defensa Jonathan Acasiete, el mexicano Kontogiannis, Edgar Villamarín y Nelinho Quina; el medio campo lo conformó el arequipeño Gustavo Torres, Alexis Arias y Jhonnier Montaño, dejando en el ataque al tridente Zúñiga, Cuesta y Omar Fernández.
A las 15:30 el árbitro Luis Garay dio el pitazo inicial. Como era de esperarse el equipo local tomó la iniciativa, a los 13 minutos el árbitro cobró un penal a favor del Domin{o por una mano en el área de Jorge Cazulo, el capitán Zúñiga se paró decidido frente al balón, pero lamentablemente el arquero Penny atajó su disparo y en la contra Beto da Silva marcó el primer tanto para los celestes. El estadio se enmudeció por unos momentos, todo parecía en contra para los intereses arequipeños, pero nuestro ídolo Zúñiga se cobró su revancha y a los 22 minutos marcó el gol de la igualdad.
A los 43 minutos, Kontogiannis metió un pase largo al “chaka” Arias, quien le ganó en velocidad al defensor rimense Rodríguez y habilitó al colombiano Omar Fernández para que marque el 2 a 1.
Melgar logró voltear el partido e irse al descanso con la ventaja. En el segundo tiempo los cerveceros se volcaron al ataque, el Dominó tuvo dos claras situaciones de gol que pudieron liquidar el encuentro, pero desafortunadamente no fueron concretadas, y a los 70 minutos el uruguayo Sergio Blanco emparejó el marcador de tiro penal.
La incertidumbre y desazón se apoderaron de los arequipeños, con este resultado el campeón se definiría por la angustiante tanda de penales; producto del esfuerzo físico desplegado, el partido cayó en su intensidad, los espectadores arengaban a los jugadores rojinegros con el clásico grito de “¡Arequipa! ¡Arequipa!”.
Cuando el partido ya agonizaba, Quina metió un pase largo que Jorge Cazulo no pudo controlar, Rainer Torres aprovechó el error y le cedió el balón a Cuesta, quien sacó un disparo que Penny desvió con las piernas, el rebote le quedó al goleador argentino y de cabeza mandó la pelota al fondo del arco. No había tiempo para más, el partido concluyó y el FBC Melgar volvió a alcanzar la gloria después de 34 largos años.
Arequipa era una fiesta, todos lloraban, se abrazaban, algunos hinchas embargados por la euforia saltaron el canal de agua que separa el terreno de juego de las tribunas y se metieron a la cancha para dar la vuelta olímpica y cargar en hombros a los nuevos campeones.
En horas de la noche la celebración se trasladó a la Plaza de Armas, una multitud esperó ansiosa a los jugadores, quienes vinieron en una caravana desde el estadio, escoltados por centenares de hinchas que no dejaban de cantar. Sin lugar a dudas el título obtenido por el FBC Melgar ha sido uno de los acontecimientos más importantes en la reciente historia de Arequipa.