Después de meses de agitación política y tensiones sociales, Senegal elige a su próximo presidente en unas elecciones con más de 7. 3 millones de senegaleses convocados a las urnas. Con este proceso el país busca poner fin a una crisis política que ha sacudido su estabilidad durante los últimos tres años.
Los principales contendientes son el opositor Diomaye Faye y el candidato gubernamental Amadou Ba, ambos con opciones realistas de victoria, según las encuestas preliminares. La elección, originalmente programada para el 25 de febrero, se retrasó un mes debido a la intervención de Macky Sall, jefe de Estado saliente, lo que añadió más suspenso a este proceso electoral.
La crisis política en Senegal fue desencadenada por los problemas judiciales del líder opositor Ousmane Sonko, que generaron un ciclo de protestas callejeras y una dura represión por parte de las fuerzas de seguridad. Este clima de inestabilidad ha dejado al país en un estado de incertidumbre, con la esperanza de que estas elecciones sean el primer paso hacia la reconciliación y la restauración de la calma social.
Las elecciones se llevan a cabo bajo estrictas medidas de seguridad para garantizar un proceso pacífico y transparente, con la presencia de observadores internacionales para supervisar el desarrollo de los comicios.