La tensión en la frontera amazónica volvió a encenderse. Este jueves, delegaciones de Perú y Colombia se reunirán para discutir la disputa por la soberanía de la isla de Santa Rosa, luego de que el presidente Gustavo Petro acusara a las autoridades peruanas de apropiarse de varias islas en la zona. Desde Lima, en cambio, se rechaza la versión y se sostiene que Santa Rosa es parte de la isla de Chinería, fragmentada por un fenómeno natural hace décadas.
El conflicto escaló tras la decisión del Congreso peruano de crear el distrito de Santa Rosa de Loreto, lo que generó indignación en Bogotá, que advierte un impacto negativo en la economía de Leticia, su ciudad fronteriza. Mientras tanto, en el propio territorio en disputa, la población vive entre la incertidumbre y la tensión. Iván Yovera, exalcalde del centro poblado, asegura que “Santa Rosa siempre ha sido del Perú”, aunque reconoce que la crisis ha mermado la economía local.
Expertos en derecho internacional advierten que el trasfondo va más allá de una isla: Colombia busca afianzar una salida directa al río Amazonas, una ruta vital de carácter económico y estratégico. Para Wilfredo Robayo Galvis, esa pretensión explica la intensidad del reclamo colombiano, pese a que la formación del islote se originó por causas naturales en los años setenta.
El choque por Santa Rosa pone a prueba no solo la diplomacia entre Lima y Bogotá, sino también la estabilidad de la frontera amazónica.