La voz de Donald Trump volvió a colocarse en el centro del tablero internacional. Tras conocerse que drones rusos violaron el espacio aéreo de Polonia, el expresidente de Estados Unidos no tardó en pronunciarse en Truth Social: “¿Qué pasa con Rusia violando el espacio aéreo de Polonia con drones? ¡Ya estamos otra vez!”.
Su mensaje, cargado de preocupación por una posible escalada militar, fue acompañado de un anuncio: hablará directamente con el presidente polaco Karol Nawrocki y evalúa impulsar nuevas sanciones contra Moscú. Lo llamativo es que, aunque Trump mostró dureza frente a la amenaza, evitó criticar directamente a Vladimir Putin, gesto que no pasó desapercibido entre analistas y opositores.
La reacción de Trump se produce en un escenario altamente tenso. Polonia denunció 19 incursiones en su territorio, algunas procedentes de Bielorrusia, lo que elevó la alarma de la OTAN. Al menos tres drones fueron derribados con apoyo de aviones aliados, marcando la primera vez que la alianza enfrenta una amenaza de este tipo en su espacio aéreo.
En paralelo, la OTAN activó el artículo 4 de su tratado, que convoca a consultas urgentes cuando un miembro siente que su seguridad está en riesgo. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, calificó el incidente como un “cambio de juego” y pidió sanciones más duras contra Rusia, mientras Alemania y otros países denunciaron un acto “deliberado” y no un simple accidente.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, fue contundente: “No se trata solo de drones, se trata de una señal de hasta dónde está dispuesto a llegar Moscú”. Y en ese marco, la pregunta que abre Trump resuena con fuerza en Europa y el mundo: ¿estamos entrando en una nueva fase del conflicto que podría arrastrar directamente a la OTAN contra Rusia?
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