En la fértil tierra del valle de Majes, provincia de Caylloma, la pitahaya, conocida por su frescura y sabor exótico, se reinventa como base de vinos naturales, gracias a un proceso impulsado por el Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) agroindustrial Majes del Instituto Tecnológico de la Producción (ITP).
Este avance posiciona a la fruta como una alternativa innovadora para la agroindustria peruana.
Con asistencia técnica especializada, las micro y pequeñas empresas (mypes) acceden a tecnología para transformar la pitahaya en fermentados.
El proceso incluye limpieza meticulosa, pelado, extracción de pulpa y fermentación controlada durante 18 días.
Así se garantiza un producto inocuo y de calidad.
Una vez culminada la fermentación, se añade azúcar y se evalúan los grados del vino. Luego, se embotella para su distribución.
Esta iniciativa representa una oportunidad para jóvenes emprendedores interesados en bebidas naturales con identidad local.
El fermentado de pitahaya no solo diversifica el uso de esta fruta, también abre mercados en auge que valoran la sostenibilidad, la innovación y lo artesanal.
Esta propuesta impulsa el desarrollo regional con visión ecológica y generación de valor.