En hombros de los miembros de la Hermandad del Señor de los Milagros del templo de San Agustín, el féretro que contenía los retos mortales del monseñor Javier Cárdenas Velarde, Deán del cabildo de la Catedral, ingresaron por la puerta del primer templo de Arequipa.
Una vez colocado el ataúd al frente del altar de la Catedral, inició la misa en la que participaron decenas de sacerdotes, fieles y en especial familiares. Durante la homilía, el arzobispo Javier del Río Alba destacó la entrega y discreción que caracterizaron el servicio del monseñor Cárdenas como también su vicario general.
“Su vida fue un testimonio del verdadero encuentro con Jesucristo. Como María, supo elegir la mejor parte, comprendiendo que el cristianismo no comienza por adherirse a un sistema de pensamiento, sino por el encuentro personal con Cristo”, expresó.
La misa culminó con la salida procesional en hombros de sus hermanos sacerdotes. Sus restos fueron trasladados al cementerio Parque del Recuerdo en Socabaya, donde recibieron cristiana sepultura y en dónde monseñor Del Río, tuvo unas sentidas palabras para la madre del sacerdote.