Un pequeño amuleto de plata descubierto por arqueólogos en Alemania podría transformar la comprensión de cómo se propagó el cristianismo bajo el Imperio romano.
El diminuto artefacto, que mide aproximadamente tres centímetros de largo, fue desenterrado de una tumba romana del siglo III, justo en las afueras de Francfort, en 2018.
Los arqueólogos lo descubrieron en el esqueleto de un hombre enterrado en un cementerio en la ciudad romana de Nida, uno de los sitios más grandes e importantes del el estado central alemán de Hesse.
Junto con otros artefactos hallados en la tumba, como un incensario y una jarra de arcilla, el amuleto fue hallado bajo la barbilla del esqueleto. También conocido como filacteria, probablemente se llevaba en una cinta alrededor del cuello del hombre para proporcionar protección espiritual.
La lámina de plata “delgada como un cabello” dentro del amuleto era tan frágil que simplemente se habría desintegrado si los investigadores hubieran intentado desenrollarla. Sin embargo, exámenes microscópicos y radiografías realizados en 2019 mostraron que había palabras grabadas en ella.
Pasaron otros cinco años antes de que el equipo del Museo Arqueológico de Francfort encontrara una manera de descifrar lo que allí decía.
El avance llegó en mayo de este año, cuando investigadores del Centro Leibniz de Arqueología en Mainz (LEIZA) utilizaron escáneres CT para analizar la lámina.
El jefe del Laboratorio de Imágenes en LEIZA, Ivan Calandra, explicó el proceso en un comunicado de prensa.“El desafío en el análisis fue que la hoja de plata estaba enrollada, pero después de alrededor de 1.800 años, por supuesto, también estaba arrugada y presionada. Usando CT, pudimos escanearla a una resolución muy alta y crear un modelo 3D”.
Fue solo a través de este proceso de desenrollado digital de la hoja que el texto completo se hizo visible para, luego, poder ser descifrado. Lo que los investigadores descubrieron los asombró. En la lámina había 18 líneas de texto en latín que repetidamente hacían referencia a Jesús, así como a san Tito, uno de sus discípulos y confidente de san Pablo, el Apóstol.
Como la tumba en la que se encontró el amuleto data de entre 230 y 270 d. C., el amuleto se convirtió en la evidencia más temprana del cristianismo en Europa al norte de los Alpes. Todos los descubrimientos anteriores son de al menos 50 años después de esto, según el comunicado.
En el momento del entierro, el cristianismo se estaba convirtiendo en una secta cada vez más popular, pero identificarse como cristiano aún era arriesgado. Claramente, el hombre enterrado, que se cree que tenía entre 35 y 45 años, sentía su fe tan fuertemente que la llevó a la tumba con él.