Eduardo Bedoya Forga, fue uno de los principales promotores para la apertura de puertas al público del Monasterio de Santa Catalina de Siena, locación muy visitada por turistas locales y extranjeros. Recuerda que el 16 de agosto de 1970 fue una fecha histórica, al conseguir que este maravilloso atractivo tenga el visto bueno para recibir a personas dentro de sus ambientes.
El trabajo para habilitar el monasterio y que cuenta con las suficientes garantías, no fue fácil. Señaló que cerca de 200 hombres entre peones, labradores de sillar e ingenieros llegaron para intervenir el 25 % de la infraestructura dañada. A esto se suma una inversión compartida entre los promotores de casi S/3 millones al tipo de cambio actual.
Por esta labor, Bedoya Forga recibió ayer un reconocimiento por el actual directorio de la casa cultural e histórica. Entre sus declaraciones a la prensa relató los finos detalles que se tuvieron que hacer en los muros, bóvedas, cúpulas, paredes, claustros y habitaciones de sillar. En esta se restauró los colores azulino, blanco, rojo, amarillo y naranja; a fin de tener un acabado casi perfecto al original.
“Recuerdo que como es grande, todos atacaban por todo lado para preparar el monasterio, cada uno con su especialidad. Se restauró un 25 %, el costo fue de millones, hablamos de hace 50 años. En ese entonces fuimos 20 accionistas”, detalló.
Visitas en recuperación
El gerente de Promociones Turísticas del Sur que cumple rol de administrador del Monasterio de Santa Catalina, Javier Velarde Talleri, indicó que este año se espera una visita de cerca de 210 mil personas, entre turistas nacionales y extranjeros. Sostuvo que aún no se recuperan de cifras prepandemias donde superaban los 230 mil registros.
En el mejor de los casos en un fin de semana llegan cerca de 800 a 1000 personas donde ocupan entradas desde los S/10 a S/45. Señaló que es elevado los costos de mantenimiento y alertó falta de solvencia debido a la crítica cifra del 2023, donde solo hubo 100 mil visitas.