Daniel Mitma Chávez irrumpe en el panorama literario peruano con “No lleven huaynos a mi tumba” (Dendro Ediciones, 2024), una novela que fusiona periodismo y ficción para explorar los límites entre la investigación y la creación literaria.
A través de la historia de un reportero obsesionado con desentrañar la vida de una cantante andina fallecida, Mitma construye una narrativa que reflexiona sobre el proceso mismo de escribir y las consecuencias personales de hurgar en vidas ajenas.
Esta propuesta narrativa, que combina su experiencia como periodista con su formación académica en escritura creativa, nos motivó a conversar con el autor sobre los mecanismos de su primera novela.
¿Cómo influye tu formación periodística en la construcción narrativa de “No lleven huaynos a mi tumba”? El periodismo fue un instrumento. El reporteo como fórmula de la escucha, de adoptar tipos de voces para entenderlas en su contexto. Aquí me ayudó cierta experiencia como reportero de policiales. Uno aprende a diferenciar tonos, inflecciones y eso te entrena para construir diálogos y situaciones. Creo que por esa parte me ayudó el periodismo. Sin embargo, mi interés pasa también por una novela que reflexiona sobre el proceso de escritura, las dudas que propone una construcción como esa y con ello una exploración en la intimidad y los conflictos sentimentales.
¿Qué te motivó a elegir la música andina como elemento central en tu primera novela? No sé si la música sea el elemento central. En realidad, es solo un pretexto. Pudo ser una cantante de cumbia o rock y funcionaba. Pero si debo buscar ciertas relaciones, la música andina tiene mucho de dolor y sufrimiento. Los huaynos, en su mayoría, son himnos de desamor, añoranza o reclamo. Ese sentimiento identifica mucho al hombre del Ande. Cantar y libar lo libera. Es lo que ocurre con la protagonista de la novela que interpreta huaynos de forma única. En ella la gente encuentra una forma de paradigma. En fin, prefiero pensar la literatura como lo hacía Nabokov. En lugar de preguntar por la interpretación social de Madame Bovary, le preguntaba a sus alumnos de Cornell: ¿de qué color eran los ojos de Emma Bovary? Un genio.
¿De qué manera tu experiencia como profesor universitario enriquece tu proceso de escritura creativa? Creo que, por lo menos ahora, de ninguna forma. Escribí la novela cuando aún no dictaba clases en la universidad.
¿Cuál fue tu aporte específico en “Nueve acercamientos a Ulises” y cómo influyó Joyce en tu obra? Escribí un ensayo sobre El hombre de Macintosh, un personaje intermitente en el Ulises de Joyce. Elaboré un análisis a partir de ciertas teorías que plantean que este hombre que aparece en varias escenas es un cameo que hizo el propio Joyce para aparecer en su propia obra. Y bueno, algunas otras hipótesis. Fue un trabajo que desarrollamos con Paolo de Lima, profesor en la maestría de San Marcos y especialista en la obra de Joyce.