Cultura

Guillermo Osorio Oviedo: el humor que se nos fue

Su talento le permitió ser considerado uno de los mejores caricaturistas peruanos del siglo XX

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MANUEL TORRES CASTILLO

MANUEL TORRES CASTILLO
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El 4 de agosto de 1935 nació en Arequipa uno de los más prometedores caricaturistas nacionales, considerado por Julio Málaga Grenet como su sucesor, nos referimos a Guillermo Osorio Oviedo, el mejor referente autodidacta de la caricatura peruana del siglo XX. 

Guillermo Segundo fue el mayor de los cuatro hijos del matrimonio de don Guillermo Osorio Corzo y doña Carmen Rosa Oviedo Villegas, de quien heredó el talento para el dibujo. 

Cursó sus estudios en el colegio La Salle, siendo recién en el quinto año de instrucción secundaria cuando se descubrió su habilidad, pues caricaturizó a sus profesores y compañeros, estos trabajos fueron publicados en el anuario de la promoción “Hermano Justo” de 1953.

Culminada su instrucción escolar, el joven Guillermo viajó a Lima con el propósito de estudiar medicina, instalándose en una modesta pensión ubicada en la plaza Bolognesi.

Queriendo hacerse un nombre en la capital, se dirigió al diario “La Prensa” para presentar una carpeta con sus dibujos, grande fue su alegría cuando fue aceptado como colaborador; fue cumpliendo esta labor que conoció a quien años más tarde se convertiría en su esposa, Marcela Bustíos Fuentes. 

En 1956 ingresó a formar parte de la revista “Caretas”, naciendo su recordada sección denominada “Ají molido”. En esta página representó a diferentes personajes como Odría, Haya de la Torre, Fernando Belaunde Terry, entre otros.
Posteriormente fue convocado por el semanario político “Rochabús” (1958), el diario “El Comercio”, la revista “Jueves”, el semanario “Don Sofo” (1959) del humorista Luis Felipe Angell de Lama, conocido popularmente como Sofocleto y la revista “Zamba Canuta” (1960). 

En 1966 fue llamado por su amigo Alfonso Baella Tuesta para que diseñe el logo y las portadas de un nuevo semanario político llamado “La Olla”.

Además de la caricatura, también realizó retratos, entre sus obras más recordadas se encuentra el retrato de José Luis Bustamante y Rivero, que se encuentra en la galería de presidentes de la  Corte Internacional de Justicia de la Haya.
En 1971 envió al Annual International Salon of Cartoon and Caricature en Montreal, Canadá, una caricatura del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, con cuerpo de tiburón y un texto que decía “200 mías…” esto vinculado al tema de las 200 millas. La irreverente caricatura fue del agrado de Robert LaPalme, presidente del Pabellón Internacional del Humor del Museo “Terre des hommes”, y la incluyó en el Salón de los Maestros de la Caricatura Universal. 

Después de cumplir uno de sus sueños que era exponer sus trabajos en Estados Unidos, retornó a suelo patrio, lleno de entusiasmo se dedicó a preparar más obras para una nueva exposición internacional, perolamentablemente un paro cardiaco acabó con su vida la noche del 17 de diciembre de 1972, cuando contaba con apenas 37 años de edad. 
Al enterarse de su temprano deceso, Teodoro Núñez Ureta manifestó su tristeza con esta frase: “Nos estamos quedando demasiado serios”.

En su edición del martes 19 de diciembre de 1972, El Comercio como señal de duelo, dejó en blanco su página dos, que usualmente era el lugar reservado para las caricaturas de Oviedo.

*INFORMACIÓN Y FOTOGRAFÍAS PROPORCIONADAS POR LA SEÑORA ROSA MARINA OSORIO BUSTÍOS, HIJA DEL TALENTOSO ARTISTA.

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