Una tumba real que pertenece a un antiguo rey egipcio fue desenterrada a 2.4 kilómetros (1.5 millas) al oeste del Valle de los Reyes, en la región de Luxor, en Egipto.
Una misión arqueológica conjunta egipto-británica identificó la tumba como perteneciente al rey Tutmosis II, un antiguo rey de Egipto que reinó en algún momento entre 2000 y 1001 a.C., dijo el Ministerio de Turismo y Antigüedades.
Cuando el equipo arqueológico descubrió por primera vez la entrada y el corredor principal de la tumba en 2022, creyeron que pertenecía a una de las esposas de los reyes.
Esto se basó en su proximidad a la tumba de la reina Hatshepsut y las tumbas de las esposas del rey Tutmosis III, explicó Mohammad Ismail Khaled, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, en el comunicado.
Pero a lo largo de los años, la misión conjunta, dirigida por el Consejo Supremo de Antigüedades y la Fundación de Investigación del Nuevo Reino, reveló otra historia: en realidad, la tumba pertenecía a Tutmosis II.
El director de campo en la Fundación de Investigación del Nuevo Reino, Piers Litherland, dijo que su equipo se sorprendió por el descubrimiento. “Nosotros, como muchos otros, pensamos que este era un wadi (valle) asociado con mujeres de la realeza”.
“La tumba está situada en un lugar mal elegido, debajo de dos cascadas y al fondo de una pendiente por la cual el agua habría (y efectivamente lo hizo) fluir en el clima mucho más húmedo de la dinastía XVIII”, dijo.
Entre las pruebas que apuntan a Tutmosis II se encontraron fragmentos de frascos de alabastro inscritos con su nombre, identificándolo como el “rey fallecido”, así como inscripciones con el nombre de su esposa y media hermana, la reina Hatshepsut.
El descubrimiento marca uno de los avances arqueológicos más significativos en años recientes, según Khaled, quien añadió que los artefactos encontrados en la tumba proporcionarán información crítica sobre la historia de la región y el reinado del rey.
La tumba fue encontrada en un mal estado de conservación, debido a inundaciones que habrían ocurrido poco después de la muerte del rey, según Mohamed Abdel Badi, jefe del Sector de Antigüedades Egipcias y colíder de la misión. El agua dañó el interior de la tumba, y los estudios preliminares sugieren que su contenido original probablemente fue reubicado en otro sitio.
Sin embargo, el equipo arqueológico pudo restaurar fragmentos de yeso caídos en la tumba. Entre ellos había restos de yeso con inscripciones azules, motivos de estrellas amarillas y porciones del Libro de Amduat, un texto religioso asociado con las tumbas reales del antiguo Egipto.
Litherland señaló que el simple diseño arquitectónico de la tumba sirvió como un prototipo para las posteriores tumbas reales de la XVIII dinastía. Agregó que la misión continuará su trabajo para descubrir más secretos de la zona y localizar el lugar de descanso final del contenido original de la tumba.