Escribe: María Coaguila Torres
En una esquina discreta de Arequipa, donde el bullicio del día a día no llega a perturbar el silencio de la historia, se reúnen 39 hombres que se llaman entre sí "hermanos". Ellos conforman la Logia Simbólica Mariano Melgar N.° 222, un espacio donde la memoria de uno de los héroes arequipeños más jóvenes y valientes de la independencia del Perú sigue viva, no solo en palabras, sino en acciones que, aunque silenciosas, dejan una huella indeleble.
Fue hace siete años, en 2017, cuando un grupo de masones decidió fundar esta logia, inspirados por la figura de Mariano Melgar Valdivieso.
"Los masones eligieron a Mariano Melgar porque es un personaje que trascendió en la historia, muy a pesar que no le dan la importancia debida", explica Cristian Bernal, el venerable maestro de la logia. La elección de este nombre no es solo un tributo, sino un acto de justicia histórica, una manera de devolverle a Melgar el lugar que merece en la memoria colectiva.
Mariano Melgar no solo fue un poeta enamorado que cantó a la desdicha amorosa en sus yaravíes, sino también un ferviente patriota y masón que, a los 24 años, decidió ofrendar su vida en la lucha por la independencia del Perú.
Pocos saben que Melgar se inició en la Logia Lautaro, que funcionaba en el segundo piso de la iglesia San Agustín, como secretario, bajo la tutela de José María Sánchez Corbacho y Abril, otro prócer de la independencia.
En ese tiempo, Melgar, decepcionado por el amor imposible de Silvia, volcó toda su pasión hacia la causa libertadora, la misma que lo llevó al fusilamiento por manos españolas.
LOGIA DE MASONES. En la logia Mariano Melgar, sus integrantes se dedican a la práctica de virtudes y al estudio de las artes, buscando interpretar las alegorías y enseñanzas que los antiguos masones dejaron como legado. Pero más allá de la reflexión y el estudio, estos hombres realizan una labor de beneficencia que permanece oculta a los ojos del mundo.
“Si hay una circunstancia especial, se junta platita y, sin que esa persona sepa quién le ayudo, nosotros lo hacemos", confiesa Rolando Torreblanca, Paz Venerable Maestro de la logia y masón desde hace 50 años. "No le decimos que lo hicieron los masones", añade, con la humildad que caracteriza a quienes creen en la bondad sin necesidad de reconocimiento.
La logia Mariano Melgar es más que un grupo de hombres que se llaman "hermanos". Es una llama que mantiene viva la memoria de un héroe que murió demasiado joven, cuyo espíritu rebelde y justo sigue guiando a aquellos que, en silencio y con discreción, continúan luchando por la libertad, la justicia, y el bien común.