Escribe: Sarko Medina
Hammurabi se presentó al mundo en diferentes plataformas de internet siendo uno de ellos “LLDDBDPI”, grupo de Facebook, pero es más conocido en los grupos derivados de WhatsApp. Con más de 89 título publicados en Editorial Mano Izquierda, este poeta y diseñador nos habla con sinceridad sobre la actual la movida poética en redes.
Existe algo lúdico en “La Colisión de la Vía Láctea con Andrómeda” ¿Cómo nació la idea? Siempre quise hacer algo parecido a la colección infantil “Mis Primeros Conocimientos”, una enciclopedia temática de tapas rojas que consulté mucho de niño. El texto lo escribí una tarde y luego fueron varias semanas “alimentándolo” con dibujos específicos, según avanzaba el texto. Quería escribir algo tan drástico como el final de la humanidad, que tendrá lugar dentro de 4 mil millones de años, pero ilustrado de una forma infantil, retomando el estilo de aquella enciclopedia. Usé fotos como referencias y varios bocetos hasta lograr cada dibujo, que luego los digitalicé.
Navegas entre la poesía, la narrativa y el arte gráfico ¿En cuál te hallas más? Siento que puedo moverme más entre la narrativa y la ilustración. El dibujo es un talento que lo descubrí tardíamente. Aún me cuesta manejar perspectiva y anatomía, pero es cuestión de practicarlo por varios años. Mi intención es, a futuro, hacer un par de novelas gráficas, tengo dos textos en borrador, pero los complementaría con el dibujo.
¿Cómo nace Mano Izquierda Editores? Surgió como una idea de tener uno mismo su propia editorial, para alimentar la alicaída biblioteca personal. Empecé con el Word, pero luego le fui encontrando el gusto maquetando en InDesign, que te da amplia libertad para aprovechar el espacio y el diseño. Sin fines de lucro, lo veía más como un ejercicio para entender mejor el programa de diseño y compartir los PDFs elaborados. No son libros para impresión, sino para verlos en una PC, celular o tablet. Durante la pandemia aproveché en construir la página de la editorial, subir los libros en una nube, y sin darme cuenta, tenía cerca de una cincuentena de PDF que diseñé, como jugando. Tener una editorial propia, así sea virtual, te permite pergeñar y difundir obras tuyas. Por otro lado, a veces veía buenos contenidos temáticos en páginas webs o blogs que visitaba y como lo quería tener en forma de libro, copiaba toda la información y maquetaba un nuevo libro. Aficionado al tarot, me hice de uno que otro manual sobre la lectura de cartas y de otros temas esotéricos. La labor editorial tiene lo suyo, en la etapa de maquetación se debe lograr un estado de “trance” para poder editar y estar muy concentrado, corrigiendo ortografías ajenas, revisar que calce el texto en cada página, armar el índice, buscar una foto portada para cada libro. En el fondo, es un arte solitario. No se requiere mucha preparación técnica, sino más que nada, muchas ganas y paciencia para sacar un nuevo “hijo”. Asimismo, me preocupé de buscar autores por completo desconocidos, para agregarlos a la colección virtual (aunque no sepan de la existencia de un pdf suyo). Cuando veo las capturas de cada portada, siento que es la extensión de mi biblioteca personal, en formato virtual. Por dedicarme más al dibujo, he editado cada vez menos ahora último, pero he subido material propio y reciente de lo que es un largo aprendizaje que me tomará años dominar, el dibujo y la ilustración.
En tu navegar por Internet por grupos de Facebook, de WhatsApp, ¿cuál es la corriente literaria que observas está surgiendo? No percibo, de momento, que surja una corriente literaria que desplace las anteriores, o que se sitúe como relevante por estos años. Solo veo escritores y poetas insulares, que escriben para sí, compitiendo contra los demás. La post pandemia ha alejado toda posibilidad, por unos años más, la actividad febril de las tertulias y reuniones para asentar bases de algún futuro manifiesto o nueva corriente pensante. Por ahora solo veo éxitos efímeros publicados que luego quedan para el olvido perpetuo.