La Filarmónica de Nueva York prepara una velada única para los amantes de la música y el cine al presentar, el 14 de febrero, extractos de la película Maestro, una oda a la vida del aclamado director musical Leonard Bernstein. Este evento especial contará con la participación del talentoso Bradley Cooper, protagonista y director de la película, en una conversación exclusiva que seguirá a la interpretación en el David Geffen Hall de Lincoln Center.
Dirigida por el director musical del Metropolitan Opera, Yannick Nézet-Séguin, quien también entrenó a Cooper para el filme y lideró la música de la banda sonora, la Filarmónica de Nueva York promete una experiencia inolvidable en el debut del director en la orquesta.
El programa de la noche incluirá cautivadores fragmentos de algunas de las obras más icónicas de Bernstein, entre ellas “West Side Story”, “Candide,” “On the Town,” “Trouble in Tahiti,” “A Quiet Place,” “Chichester Psalms” y las Sinfonías No. 2 “The Age of Anxiety” y No. 3 “Kaddish”. Este repertorio diverso resalta la versatilidad y genialidad del prolífico compositor.
Maestro, la película que sirve de inspiración para este evento, ha sido nominada a siete premios Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor para Bradley Cooper. La película, que ofrece una visión íntima de la vida y obra de Leonard Bernstein, ha sido aclamada tanto por la crítica como por el público, consolidando su lugar en la historia cinematográfica.
La participación de Bradley Cooper en la conversación post-espectáculo promete brindar a los asistentes una visión única de la creación de Maestro y su inmersión en el papel de un ícono de la música clásica. La combinación de la música en vivo, la cinematografía de alto calibre y la presencia de una estrella de renombre hacen de esta noche un evento cultural imperdible en el corazón de Nueva York.
El filme dirigido por Bradley Cooper ofrece una narrativa visual que combina el blanco y negro con el color, un recurso común en biografías. Aunque elegante en su ejecución, algunas escenas en el epílogo resultan saturadas y absurdas. La música, atribuida a Leonard Bernstein, se entrelaza con la trama, aunque comparada con otros filmes que han destacado las partituras del compositor, la dirección de Cooper parece mediocre.