El 6 de enero culminan las fiestas navideñas en Arequipa con la Bajada de Reyes y sacudida de perales en el distrito de Tiabaya, añeja tradición arequipeña que data de la época colonial, y que gracias a la actual gestión edil, trata de sobrevivir en el tiempo, aunque con algunos cambios.
Ya no existen los frondosos perales que nuestros ancestros sacudían con entusiasmo para que el delicioso fruto caiga y los más pequeños puedan recogerlo para degustarlo en familia. Ahora, junto a la autoridad edil (Godofredo Delgado Dueñas) extraen de cajones las peras y las lanzan a la población, quienes ágilmente tratan de recolectar la mayor cantidad.
Tiabaya era el lugar más visitado por los arequipeños cada 6 de enero, familias enteras acudían a compartir un hermoso día. En el siglo XX, era tanta la cantidad de visitantes que los dueños de las chacras tenían que acondicionar sus terrenos para atender la demanda.
Manuel J. Bustamante manifiesta en su libro “La monja Gutiérrez y la Arequipa de ayer y de hoy”, que cada persona tenía que pagar la cantidad de 10 centavos para ingresar a los perales, esto le daba derecho de comer toda fruta que pudiera consumir, pero sin poder llevarse ni una sola pera a sus casas. En siglos pasados en Tiabaya había 40 huertas y más de 15 mil perales.
Víctor Andrés Belaúnde argumenta que la construcción del ferrocarril en el siglo XIX fue el motivo de la decadencia de esta festividad, pues los arequipeños desde entonces prefieren ir a disfrutar del mar, en vez de apacibles días de campo.
LA TIMPUSCA. Después de refrescarse con las peras caídas de los frondosos árboles, los visitantes disfrutaban de los más exquisitos potajes, en donde destacaba la timpusca, caldo elaborado con carne de cordero, papas, choclo, cochayuyo, patasca, habas y peras.
Los más intrépidos ingerían una bebida llamada “Los tres Reyes Magos” que era servida en un caporal, el color de cada insumo representaba a cada rey, la chicha simbolizaba a Melchor, el vino a Baltazar y el aguardiente a Gaspar.
En la actualidad la concurrencia ha bajado notoriamente. Pero, las autoridades de Tiabaya promocionan esta tradición que empieza con la celebración de la Santa Misa en el templo de Santiago Apóstol, resaltando la participación de tres miembros de la Policía disfrazados de los tres Reyes Magos, culminada la eucaristía se realiza la adoración de los reyes al redentor recién nacido, representado en el pesebre de la parroquia.
TRADICIÓN PERDIDA. Una tradición que se perdió es la adoración al Divino Redentor por parte de grupos de niños, quienes disfrazados de los Reyes Magos y para conseguir algunas propinas, recorrían todos los hogares del barrio interpretando alegres villancicos ayudados por sus rústicos instrumentos que ellos mismos elaboraban, “Adiós niño lindo, adiós niño amado, ya me voy contento de haberte adorado”, era el acostumbrado cántico de despedida.