Este Martes Santo, 4 de abril, se celebró la Misa Crismal, en la que el Arzobispo bendijo los santos óleos y cerca de 200 sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales. Como tradición de nuestra Arquidiócesis, la ceremonía litúrgica fue presidida por el Mons. Javier Del Río Alba junto a Mons. Raúl Chau Quispe, Obispo Auxiliar.
"Es posible, queridos hermanos sacerdotes, que en este tiempo de repente han sido tentados por las vanalidades de este mundo, poniendo más atención a las cosas superfluas como importantes, recordemos que nuestra riqueza no esta en eso, sino en el servicio a Dios, a través de los fieles que nos ha encargado para custodiar su fe. Renovemos estas promesas con la alegría del primer día de nuestra consagración. A los fieles les pido orar por sus sacerdotes, por mi también para ser un buen obispo a su servicio", manifestó el Arzobispo en su homilía.
El sacerdote más joven que participo de la ceremonio fue P. Samuele Patat de 29 años, quien labora en el Santuario de la Virgen de Chapi, mientras que el de mayor edad fue P. Peter O´Brien de 85 años, consejero espiritual Seminario San Jerónimo .
Tras la renovación de las promesas sacerdotales, el Santo Crisma, el Óleo de los Catecúmenos y el Óleo de los Enfermos, fueron llevados hacia el altar dentro de tres ánforas, para su consagración, bendición y posterior distribución entre las parroquias de la Arquidiócesis.
El Santo Crisma u óleo perfumado es la materia sacramental con la cual somos ungidos el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación, se usa también para la ordenación de obispos y sacerdotes, mientras que el Óleo de los Catecúmenos es usado para ungir a los que están preparándose para el Bautismo y el Óleo de los Enfermos es utilizado en el Sacramento de la Unción de los Enfermos.
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