Rienzi Piero nos detalla parte de su trayectoria literaria y el pedido a la sociedad.
¿Cómo fue el trabajo de fusionar la ciencia ficción con el imaginario andino-amazónico en “Astronomía Tayta”? Siempre fui un amante de la ciencia ficción y fantasía. Y muchas de estas obras usan elementos de culturas asiáticas, egipcias, griegas, nórdicas, entre otras. Pensé que, si iba a desarrollar una historia, tendría que ser algo único, lo más original posible. Fue por eso que investigué la cosmovisión andina y amazónica y me metí un poco en su visión y perspectiva. ¿Qué veían o en qué pensaban estas personas cuando hablaban o representaban su mitología? Ellos creían en ella.
Cuando esta novela empezó a tomar forma, ya tenía bastante material entre mis apuntes. El misticismo que asoma en la iconografía de las culturas andinas milenarias y hasta en su tecnología parece sacada de obras de ciencia ficción. Hay muchos objetos y obras que se prestan para dar rienda suelta a la imaginación. Ellos creían bastante en sus apus, sus plantas y son elementos que se manifiestan y siguen vivos en tradiciones y prácticas de la cultura popular.
¿Qué películas inspiraron los mundos y dimensiones de tu novela? Hay muchas: Jason y los argonautas, la odisea de un grupo de héroes entre sus dioses y seres sobrenaturales. Stargate, y los viajes de un grupo de militares entre mundos distantes. Pánico y locura en Las Vegas con sus protagonistas en un viaje alucinante entre realidades alteradas. Brazil, también de Terry Guilliam que evoca atmósferas y situaciones extrañas que siempre dejan al protagonista sin saber qué pensar, y lo único que puede hacer es meterse a sus sueños y enfrentarse a sí mismo. La montaña sagrada de Jodorowsky que sale de toda estructura narrativa en favor de lo extraño, lo misterioso y la originalidad. Rescate en el barrio chino y su viaje místico alucinante lleno de magia. Todos tienen protagonistas extraviados en situaciones desoladoras y delirantes, porque en algún momento escogieron el camino difícil, aunque casi siempre terminan mal.
¿Por qué decidiste pasar del cuento a la novela con esta obra? Tenía bastantes apuntes sobre el inframundo y supramundo andino, fui entendiéndolos, y quise rendirles homenaje. Fue un reto armar una historia estableciendo aquellas realidades, poblarlas y explorarlas con sus personajes.
¿En qué consideras que tu libro aporta al desarrollo de una ciencia ficción andina? No he tenido la suerte de leer otras obras que pertenezcan a aquel género. La poca literatura de los mitos que hay, hasta en quechua, aportan pensamientos y visiones sincréticas occidentalizadas. Los mejores referentes que he tenido son los huacos, tejidos paracas, piedras labradas, así como los ikaros y cuentos selváticos shipibos y pinturas de arte visionario como las del pintor Pablo Amaringo. El hombre andino y amazónico tiene una relación muy rica y sagrada con el cosmos. Ellos se relacionan de igual a igual con las plantas, con los animales, con las lagunas y hasta con el tiempo. Todo esto parece sacado de la ciencia ficción. El arte visionario es milenario, en música, en lienzos, en piedra, pero hay poca literatura. Creo que se debería hacer más de esto.