Hace unos años Óscar Quezada Macchiavello llamó la atención por Mundo mezquino. Arte semiótico y filosófico, un análisis de diversas viñetas del caricaturista argentino Quino. Ahora emprende similar reto con una selección de Prosas apátridas, de Julio Ramón Ribeyro.
El intelectual, rector de la Universidad de Lima, comentó al Diario Oficial El Peruano que en estos textos breves del autor de La palabra del mudo se encuentra poesía, música y un humor negro muy peruano.
EL RETO. “No se trata de leer las Prosas, sino de dejarse secuestrar, de dejarse llevar por su canto”, relató Quezada, autor de Literatura del contrapunto, en el que aborda ese libro de Ribeyro.
El catedrático explicó que en estos textos breves de Ribeyro hay una suma de imágenes y reflexiones que muestran lo perspicaz que era el narrador.
Puso como ejemplo la última prosa que escogió para cerrar su libro. En ella, numerada como 90 en la edición final de Prosas apátridas, se habla de “pasear como autómatas por ciudades insensatas”.
Quezada destaca que en esas líneas Ribeyro predijo en cierta manera la actualidad, en la que las personas andan ensimismadas con la tecnología sin reparar en lo que esté fuera de la pantalla.
El especialista recalcó que el humor que practica Ribeyro tiene un sabor muy peruano, pero que logra convertirlo en universal. Añade que la visión de Ribeyro es fatalista y concentrada en los detalles del día a día.
DATO. 1975 es el año de la primera publicación de Prosas apátridas.
Fuente: El Peruano
Foto: Agencia