El estreno de Christian Cueva con la camiseta de Emelec no fue el soñado. A pesar de dejar destellos de su talento, el Bombillo no pudo sostener la victoria ante Delfín y terminó cediendo un empate en los últimos minutos (1-1), resultado que selló una noche amarga en el George Capwell y precipitó el adiós del entrenador Jorge Célico.
El técnico argentino, cuestionado por la irregular campaña del conjunto eléctrico, no se presentó a la rueda de prensa posterior al encuentro. Horas más tarde, el club oficializó su destitución, acentuando la crisis institucional que atraviesa una de las escuadras históricas del fútbol ecuatoriano.
Según medios locales, el director deportivo Miguel Falero asumiría de manera interina la dirección técnica, a la espera de una confirmación oficial que, de acuerdo al jefe de prensa del club, Paul Cedeño, se dará este mismo domingo.
El presidente del club, Jorge Guzmán, no esquivó responsabilidades. En declaraciones al periodista Stéffano Dueñas, fue tajante: “Respaldo hubo, pero la inversión no se correspondía con los resultados. En casa hemos empatado o perdido, eso no podía continuar”. La frase refleja el hartazgo dirigencial frente a una campaña decepcionante: apenas 17 puntos en 17 jornadas, con el equipo sumido en el temido "grupo de descenso".
El registro de Célico —cuatro triunfos, cinco empates y siete caídas— contrasta con las expectativas generadas tras su buen desempeño en 2024 con Universidad Católica de Quito. La apuesta no funcionó y su salida deja varios interrogantes, especialmente en torno al papel de Christian Cueva, quien llegó como refuerzo estrella a pedido expreso del ahora exentrenador.
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