Peñarol llegó a Rio con la intención de dar una nueva sorpresa, después de eliminar al poderoso Flamengo en cuartos, en su primera semifinal de Libertadores desde 2011, cuando perdió la final del torneo con el Santos de Neymar.
El club uruguayo ganó cinco veces el principal torneo de clubes de América, mientras que Botafogo todavía no tiene ninguna Copa Libertadores en su vitrina.
Rio ya ha sido escenario de choques entre aficionados durante partidos de Libertadores en años anteriores, con denuncias recurrentes de los hinchas extranjeros de que hubo exceso de fuerza de parte de la policía.
En 2019, al margen de un partido de la fase de grupos entre Flamengo y Peñarol, una batalla campal en la playa de Leme se saldó con decenas de detenidos y un seguidor flamenguista falleció meses después debido a las heridas sufridas.
El año pasado, decenas de hinchas de Fluminense y de Boca Juniors se enfrentaron en la turística playa de Copacabana, antes de la final del torneo entre ambos equipos.