La razón principal por la que Oliver Sonne no aparece en la lista de convocados para los partidos ante Rusia y Chile radica en una decisión personal del jugador, quien priorizó su continuidad en el Burnley FC de Inglaterra en lugar de sumarse al combinado nacional.
Según las primeras versiones, sería el propio jugador quien pidió no ser convocado porque desea recuperar el espacio perdido en el Burnley.
La FPF, lejos de castigar la ausencia, decidió respaldar la elección de Sonne y se alineó con su estrategia profesional: el organismo manifestó que acepta la petición y respalda al jugador para futuras convocatorias. Este respaldo refuerza la idea de que la omisión no responde a una sanción, sino a un escenario pactado.
El contexto deportivo también favorece esta decisión. Sonne, de 24 años y con vínculo hasta 2029 en Burnley, no ha sido convocado de forma habitual en los últimos partidos del club. Esta falta de minutos motivó que optara por focalizarse en su club antes de regresar al combinado nacional.
Queda claro que esta ausencia no cierra la puerta al futuro: la FPF y el cuerpo técnico interino consideran a Oliver Sonne como parte del proceso de recambio generacional que inicia en la selección, y su no convocatoria actual es vista como un aplazamiento estratégico más que un rechazo definitivo.
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