La tarjeta rosa es una innovación presentada por la Conmebol como una medida de seguridad para que los equipos puedan hacer un sexto cambio en un partido en casos de traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral de alguno de sus jugadores.
Los árbitros no enseñarán esta tarjeta, sino que en realidad será un formulario distinto al de las sustituciones regulares.
Si un equipo recurre a esta medida, su rival automáticamente dispondrá de una sustitución adicional que podrá ser simultánea o posterior al cambio por traumatismo.
“Si el equipo decide llevar a cabo la sustitución por conmoción cerebral, se informará al árbitro principal o al cuarto árbitro. Para esa sustitución, se utilizará una tarjeta de color rosado, diferente de las otras tarjetas de sustitución”, indica el reglamento. No es que el árbitro sacará una tarjeta de ese color, sino que será una tarjeta de cambio: el delegado del partido o el cuarto árbitro entregará ese símbolo para marcar la diferencia con las otras variantes.
“Se trata de una sustitución extra ante sospecha de traumatismo craneoencefálico y conmoción cerebral. Para hacerlo se debe informar al árbitro principal o al cuarto árbitro y se utilizará una tarjeta de color rosado”, reza el escrito difundido por la Conmebol en las redes sociales.
“Cuando se haga uso de la sustitución por conmoción cerebral, el equipo contrario dispondrá automáticamente de la posibilidad de efectuar una sustitución adicional”, es otro de los pasos a seguir, para que ninguno de los contendientes tenga una ventaja.
“No obstante, si se efectuara una sustitución normal al mismo tiempo que una sustitución por conmoción cerebral, se descontará una oportunidad de sustitución. Cuando un equipo haya utilizado todas las oportunidades de sustitución regular, no podrá usar una sustitución por conmoción cerebral para efectuar una sustitución regular”, subraya el protocolo.