El docente del departamento de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), Patricio Lewis Zúñiga, advirtió un incremento en el factor riesgo a la población ahorrista que aún confía en las cooperativas de ahorro y crédito (Coopac). Señaló que dichas entidades captan al 97 % de pequeñas empresas que necesitan liquidez de créditos para solventar sus negocios.
El especialista financiero detalló que las tasas atractivas de interés que ofrecen dichas financieras son el principal “gancho” para captar a un público que busca la reactivación de su economía. No obstante, las posibilidades de pérdida o una mala elección, podrían terminar con los ahorros de toda una vida.
“A un ahorrista que busca dónde hacer crecer su dinero, se le ofrece tasas de hasta el 15 % a plazos fijos. De otro lado, a un prestamista, se le ofrece tu dinero en índices que llegan al 80 %, este flujo es atractivo, pero está asociado a un elevado nivel de riesgo que son conscientes las personas”, indicó.
DIFERENCIAS. Señaló que las cooperativas no son iguales a las cajas municipales o los bancos que operan y trabajan bajo la supervisión de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Dichas financieras son formadas por asociatividad con capital de inversión, sistema utilizado a nivel mundial, donde prima la confianza a un mayor grado que la formalidad.
“Hay que tener en cuenta que un seguro de depósito en una cooperativa es de hasta S/10 mil a diferencia de un banco que llega a los S/130 mil, pero como los intereses no son tan atractivos no se les toma en cuenta”, indicó.
Recomendó a la población a saber distribuir sus ahorros en diferentes entidades. Alegó que una parte, no superior al seguro puede ir a las Coopac, otra a las cajas municipales y otra a los bancos.
PUNTO DE QUIEBRE. Lewis Zúñiga refirió que el punto de quiebre para que muchas cooperativas cierren o sean intervenidas por la SBS se centra en el mal manejo del capital interno y el poco control en la distribución de los bienes a socios o directivos con mayor acciones. De otro lado, es el pésimo control del lavado de dinero de entidades posicionadas en zonas de conflicto.
“Muchas cooperativas generan un buen capital y deciden prestar a un dirigente con mayor presencia una parte del dinero, hablamos de cifras hasta millonarias, esto para que haga un proyecto, pero hay veces no va bien y se declara en quiebra, así afecta directamente a tu entidad”, alegó. Señaló que el control mejoró desde el 2019, tras el vigente rol de participación de la superintendencia veedora.