El último estudio de pobreza monetaria del Perú 2023-2024, publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), advirtió que la pobreza en el país alcanzó al 26,8% de peruanos; es decir, a 9 millones 395 mil personas.
Lo preocupante es que, de este grupo de peruanos, que no logra cubrir el costo de la Canasta Básica de Consumo (alimentos y no alimentos), el 38% son niños y adolescentes, un grupo vulnerable que representa la futura fuerza de trabajo del país. Cabe precisar que el costo de la canasta básica por persona es de S/454; entonces, en una familia de papá, mamá y 2 hijos mínimo requerirían un ingreso de S/1 816.
En detalle, del total de la población pobre en 2024, los menores hasta los 5 años representan el 10.8%, mientras los niños de 6 a 11 años y los adolescentes de 12 a 17 años el 13.6% en cada grupo. Asimismo, el 19.9% de personas en pobreza se concentra en los ciudadanos de 30 a 44 años de edad, seguido de los jovenes de 18 a 29 años con el 14.6%, los de 45 a 59 años con 13.9%. Los adultos mayores son el 13.6%.
“Estas condiciones de pobreza pueden afectar las oportunidades de niños y adolescentes para desarrollarse en el futuro, y es altamente probable que los acompañen a lo largo de su vida y se conviertan en un factor determinante para perpetuar la transmisión intergeneracional de la pobreza”, dice el informe técnico del INEI sobre la pobreza monetaria.
Al respecto el especialista en finanzas, Patricio Lewis, señala que los niños en pobreza son más propensos a padecer de anemia porque no se están alimentando bien. La anemia es una enfermedad que puede afectar el desarrollo cognitivo del niño, sobre todo en la edad de 0 a 36 meses.
“Hay estudios que señalan que un niño que padeció de anemia en edad temprana puede dejar de percibir a futuro un 10% menos de ingresos. El niño con anemia es una persona que va a tener menos ingresos y menos capacidad de gestionar y de desenvolverse”, explica.
En el resto de los grupos de edad la pobreza se puede explicar porque trabajan en la informalidad o en el subempleo. El 90.5% de la población pobre labora en la informalidad, lo cual limita su acceso a empleo de calidad y perpetúa su ciclo de pobreza al no poder acceder a mejores sueldos ni beneficios laborales.
MÁS INVERSIÓN. Todos los grupos por etapa de vida son prioritarios y el Estado tiene que buscar atender y reducir estos índices de pobreza promoviendo un crecimiento económico a través de la inversión pública y privada. “Se tiene que generar más oportunidades de trabajo con empleo formal y de calidad para que las personas puedan salir de la pobreza. Por otro lado tiene que haber redistribución de la riqueza, a través de programas sociales para llegar a esta población vulnerable”, indica Lewis.
MÁS POBREZA. Si bien la pobreza a nivel nacional ha disminuido en 1,4% en relación al 2023, en la región Arequipa incrementó en 1,9%. Así, la pobreza monetaria en la región pasó de 13.5,% en 2023 a 15.9% en 2024. Es decir, en Arequipa hay un promedio de 250 000 en situación de pobreza monetaria.
En la región cayó el sector agropecuario y minero en -1,8% y -2,7% respectivamente, lo que influyó en este incremento de la pobreza monetaria, señaló el jefe del INEI, Gaspar Morán. Sobre esto, Lewis añade que el sector minero no está contratando más mano de obra porque no hay ampliación en operaciones y tampoco nuevas inversiones. En esta actividad se generan unos 170 000 puestos de trabajo directo e indirecto en Arequipa. El sector agricultura proporciona más empleo, con unos 200 000 puestos de trabajo, pero a la vez hay una informalidad del 90% y menos productividad.