Arequipa. Los proyectos que se ejecutaron con los últimos óbolos voluntarios de Cerro Verde y solicitado por la Municipalidad Provincial de Arequipa y quizá pocos recuerdan son los intercambios viale ubicados entre la avenidas Venezuela, de la Salud y Alcidez Carrión.
Todos los días las personas pasan por ahí, unos caminando, otros en buses, taxis o vehículos particulares, pero pasa desapercibido el trazo que tiene unas 6 cuadras, dos zanjones y dos vías elevadas que incluso dificultan el tránsito de algunos carros, solo sirven para evitar el tráfico y debían servir para modernizar un sistema de transporte público.
La obra se puso en funcionamiento a finales del año 2013 y a solo cuatro meses de la entrega se presentaron problemas, porque las barras del drenaje instalado en el ingreso se desprendieron. El presupuesto fue de aproximadamente S/70 millones vino de la asociación civil Cerro Verde como parte del óbolo voluntario.
Demoró dos años para su construcción y fue ejecutada por el consorcio Arequipa III, contratada por la asociación civil que era el ente encargado de administrar los fondos del óbolo minero.
La obra tenía la finalidad de ser utilizada por los buses del Sistema Integrado de Transporte (SIT), por ello se pueden apreciar frente al hospital Honorio Delgado algunos paraderos que curiosamente se instalaron en medio de las vías rápidas por donde circulan los vehículos particulares a considerable velocidad, lugares donde definitivamente los pobladores no podrían ubicarse para subir a los buses.
La vía solo tiene cuatro carriles en un pequeño trazo, luego vuelve a convertirse en dos generando la congestión vehicular que diariamente se puede visualizar, sobre todo a las horas punta. Su utilidad es inexistente, la inversión fue millaria.
POCO CRITERIO. Así como esta obra hay varias a nivel nacional que al parecer fueron ejecutadas sin tener un criterio de priorización sin que las autoridades regionales y municipales tomen en cuenta las reales necesidades de los pobladores y que permitan cerrar brechas.
Para el politólogo Carlos Timaná Kure, parte de la responsabilidad es de los electores porque deben emitir votos conscientes evaluando a los candidatos.
“En la mayoría de los alcaldes la idea no es solucionar el problema con el presupuesto de la inversión pública, sino más bien ver sus intereses económicos. Lo que es importante es revisar la calidad de las obras y ahí nos damos cuenta que ni siquiera con lo poco que se gasta se hace algo para mejorar la calidad de vida. La solución sería que la gente no vote más por ellos, pero como hay tanta indiferencia sobre la política, entonces los mismos se reciclan, hay ausencia de ciudadanía”, reflexionó.