En un paso decisivo hacia la paz, Tailandia y Camboya acordaron un alto el fuego inmediato tras cinco días de enfrentamientos violentos en su frontera compartida, que dejaron decenas de víctimas y causaron alarma internacional. El anuncio fue hecho este lunes en Malasia, donde ambas naciones se reunieron en una cumbre de emergencia promovida por el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, actual presidente de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN). “Habrá un alto el fuego inmediato e incondicional con efecto a partir de la medianoche de hoy. Esto es definitivo”, declaró Anwar en conferencia de prensa junto a los líderes de ambas naciones.
Los enfrentamientos, que comenzaron el jueves pasado, escalaron rápidamente hasta convertirse en el peor conflicto militar entre Tailandia y Camboya en más de diez años, con reportes de bombardeos con artillería pesada y ataques aéreos tailandeses. Ambas partes se acusaron mutuamente de haber iniciado las hostilidades. El conflicto fue el desenlace de una antigua disputa fronteriza que resurgió con fuerza tras el asesinato de un soldado camboyano en mayo.
El primer ministro tailandés en funciones, Phumtham Wechayachai, mostró escepticismo inicial sobre las intenciones de su vecino, pero finalmente aceptó el acuerdo. “Hemos decidido aceptar este alto el fuego que se llevará a cabo con éxito y de buena fe por ambas partes”, aseguró. El acuerdo también contempla la reanudación de canales de comunicación directa entre ambas naciones para evitar nuevos incidentes.
El conflicto provocó una fuerte movilización militar a lo largo de los 817 kilómetros de frontera, con tropas en alerta máxima y una creciente tensión diplomática. Algunos analistas señalaron que el gobierno de coalición tailandés, ya frágil, estuvo al borde del colapso ante la presión interna e internacional para frenar la violencia.
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