El gobierno de Estados Unidos -liderado por el presidente Donald Trump- revocó la certificación de la Universidad de Harvard para recibir estudiantes internacionales, impidiéndole matricular extranjeros a partir del ciclo académico 2025-2026. La medida -impulsada por el Departamento de Seguridad Nacional- afecta a diversos estudiantes que provienen de más de 100 países. Estos representan cerca del 27% de la comunidad estudiantil.
Las autoridades argumentan que Harvard no ha proporcionado información suficiente sobre las actividades de algunos alumnos extranjeros, incluyendo su presunta vinculación con protestas pro-palestinas y posibles conexiones con el Partido Comunista Chino. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, aseguró que admitir estudiantes foráneos en su país es un privilegio, mas no es un derecho.
En respuesta, los representantes del centro de estudios superiores han calificado la acción de arbitraria e ilegal. Razón por la cual, presentaron una demanda federal alegando violaciones a la libertad de expresión, el debido proceso y las normas del propio gobierno. La universidad considera esta medida parte de una ofensiva política más amplia contra instituciones educativas que han cuestionado políticas gubernamentales recientes.
La decisión ha generado preocupación global, especialmente entre estudiantes asiáticos, y ha sido criticada por el gobierno chino. Diversos sectores académicos temen que esto siente un precedente negativo para la educación superior en EE.UU. y afecte su reputación como destino líder para el talento internacional.
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