En una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por Polonia, Estados Unidos lanzó una contundente advertencia a Rusia tras la incursión de 19 drones rusos en el espacio aéreo polaco. “Defenderemos cada pulgada del territorio de la OTAN”, declaró la embajadora estadounidense Dorothy Shea, marcando un giro firme en la postura de Washington frente a Moscú. El hecho, ocurrido entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, representa el primer acto de agresión directa contra un miembro de la OTAN desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Shea acusó a Rusia de sabotear los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto. “Estas acciones muestran una inmensa falta de respeto por los esfuerzos de buena fe de Estados Unidos para poner fin a este conflicto”, afirmó, recordando que su país ha impulsado “esfuerzos extraordinarios” desde la reciente cumbre entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska. La diplomática dejó abierta la posibilidad de que la violación del espacio aéreo polaco haya sido accidental, al señalar que ocurrió “intencionadamente o de otro modo”.
Por su parte, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, negó rotundamente los hechos, calificándolos como “acusaciones sin fundamento contra nosotros”. Según el diplomático, los drones utilizados en el ataque a Ucrania “no exceden los 700 kilómetros de alcance”, lo que haría “físicamente imposible” que alcanzaran territorio polaco. Nebenzia también criticó a los países europeos por lo que llamó “arrebatos histéricos” frente a lo que considera una campaña de desinformación promovida por Ucrania.
Este nuevo episodio agudiza la tensión geopolítica en Europa y pone a prueba la cohesión de la OTAN frente a posibles provocaciones. La viralización del conflicto en redes sociales ha encendido el debate sobre los límites de la defensa colectiva y la necesidad de una respuesta firme ante actos que, intencionados o no, comprometen la seguridad regional. La comunidad internacional observa con atención mientras se redefine el equilibrio estratégico en medio de una guerra que no da señales de terminar.