La tragedia humanitaria en Gaza se profundiza. En las últimas 24 horas, al menos 19 personas, incluidos varios niños, murieron por inanición, según informó el Ministerio de Sanidad local. Al mismo tiempo, Israel intensificó sus operaciones militares y lanzó una incursión terrestre en Deir al-Balah, ciudad que hasta ahora se mantenía relativamente protegida de los combates más violentos.
La desesperación inunda a las familias. Mohammed Emad al Din, un barbero gazatí y padre de dos niños, relató que sus hijos “lloran de hambre toda la noche”. Desde que un bombardeo destruyó los paneles solares de su barbería, ya no puede trabajar ni alimentar a su familia. “Solo han comido un plato de lentejas en tres días”, denunció.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó que la harina alimento básico aumentó su precio hasta 3.000 veces desde el inicio de la guerra. La organización advirtió que Gaza enfrenta una hambruna generalizada por las restricciones de acceso y el colapso del mercado.
El director ejecutivo adjunto de operaciones del PMA, Carl Skow, visitó la zona y describió la situación como “la peor que he visto jamás”. En paralelo, hospitales como el de Deir al-Balah afirmaron que ya no pueden alimentar a pacientes ni personal médico. “Muchos trabajadores apenas pueden mantenerse en pie”, confirmó el doctor Khalil al Daqran, portavoz del hospital Al-Aqsa.
En ese mismo centro, falleció Yehia, un bebé de tres meses, por desnutrición severa. Su madre, Alaa Al-Najjar, no logró conseguir leche en polvo, agotada en todo el mercado.
La ofensiva militar israelí agregó una nueva capa de horror. El lunes, las fuerzas armadas ingresaron por tierra a Deir al-Balah, ordenaron la evacuación de miles de civiles y provocaron una nueva ola de desplazamientos. La ciudad, que aún conservaba servicios mínimos, ahora enfrenta ataques a solo metros de zonas habitadas, según denunció la organización Ayuda Médica para los Palestinos.
Mientras tanto, Israel mantiene un férreo control sobre la entrada de ayuda humanitaria. La distribución actual, canalizada por una entidad privada estadounidense, recibió duras críticas de la ONU, que acusó al mecanismo de ser una “trampa mortal”. Desde mayo, cerca de 1.000 personas han muerto intentando acceder a alimentos bajo fuego israelí.
El último domingo, soldados israelíes dispararon contra una multitud que buscaba harina en el norte de Gaza. Testigos aseguraron que muchos alzaron las manos, pero los disparos continuaron. El incidente dejó al menos 67 muertos.La situación se agrava sin señales de cese. La cifra oficial de muertos en Gaza supera los 59.000 y los heridos ya alcanzan los 142.000. Mientras tanto, miles de familias huyen de los bombardeos sin saber hacia dónde ir.
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