Grecia experimentó una huelga general de 24 horas este miércoles en rechazo al proyecto de ley que permitiría jornadas laborales de hasta 13 horas diarias. La movilización paralizó el transporte público y provocó interrupciones en trenes, barcos y servicios urbanos en Atenas y otras ciudades.
El debate central gira en torno a la flexibilidad laboral que introducirá la norma: aunque el Ejecutivo afirma que la medida será opcional y limitada a casos excepcionales, los sindicalistas advierten que ese carácter “voluntario” puede encubrir presiones y abusos.
En la capital, miles de manifestantes marcharon desde la plaza Syntagma hacia el Parlamento, mientras la policía cerró vías principales y restringió el tránsito de vehículos. En otras ciudades como Salónica, también se convocaron concentraciones masivas.
El proyecto se someterá a votación parlamentaria a finales de octubre. Si prospera, podría redefinir las dinámicas laborales en Grecia y generar nuevas protestas conjuntas de los sindicatos, que ya advirtieron que intensificarán su resistencia ante su aprobación.