La guerra entre Israel e Irán cruza su primera semana con una escalada militar sin precedentes. La tarde de este viernes, Irán lanzó entre 20 y 25 misiles hacia zonas urbanas como Haifa, Gush Dan y Beersheva. Seis de ellos impactaron directamente en territorio israelí, dejando al menos dos heridos graves, entre ellos un adolescente de 16 años. Las imágenes de humo, explosiones y caos inundan redes sociales, mientras la tensión escala a niveles históricos.
En respuesta, Israel ha intensificado su ofensiva aérea. Según fuentes castrenses, 60 aviones de combate participaron en el bombardeo de objetivos estratégicos dentro de Irán, incluyendo una planta clave en el desarrollo de armas nucleares. El ataque también alcanzó las instalaciones de la SPND, la agencia iraní dedicada a tecnología militar. Estos operativos refuerzan la narrativa israelí de que el conflicto no solo es una represalia, sino una acción preventiva ante amenazas mayores.
Irán, por su parte, apuesta por el símbolo y la retórica. Alí Shamkhani, asesor del líder supremo Jameneí y figura central del aparato militar iraní, reapareció públicamente tras rumores de su muerte. “Estoy listo para el sacrificio”, declaró, asegurando que Irán saldrá victorioso. Su mensaje fue interpretado como una llamada a la resistencia nacional y un intento de unificar a la población frente al enemigo externo, amplificado por medios iraníes como un grito de guerra.
La comunidad internacional observa con alarma cómo este conflicto puede extenderse más allá de sus actuales fronteras. La ofensiva mutua no solo ha sembrado el terror en centros urbanos, sino que también ha generado preocupación sobre un posible enfrentamiento nuclear. Mientras tanto, millones de usuarios siguen el desarrollo minuto a minuto desde sus teléfonos, consumiendo, compartiendo y opinando sobre un conflicto que ya no se libra solo con armas, sino también en la esfera digital.
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