La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue liberada este jueves luego de pasar cuatro años y siete meses en prisión por el denominado caso “Golpe de Estado II”, relacionado con la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales. La decisión judicial anuló la sentencia de diez años que pesaba sobre ella.
“Jamás voy a arrepentirme de haber servido a mi patria, cuando mi patria lo necesitó. Ese es el compromiso que todo boliviano que ama a su patria tiene que hacer”, declaró Áñez al salir del penal de Miraflores, acompañada de sus hijos y seguidores, quienes la recibieron con flores y banderas.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló la condena de 2022 y ordenó su libertad inmediata tras aceptar una revisión extraordinaria de sentencia. Su defensa había argumentado que debía ser procesada mediante un juicio de responsabilidades y no en la vía ordinaria. La ex mandataria denunció haber sido tratada “como una delincuente sin compasión alguna”.
El caso, calificado por el oficialismo como un “golpe de Estado” y por la oposición como la consecuencia de un fraude electoral, marcó uno de los episodios más polarizantes de la historia reciente de Bolivia. Organismos de derechos humanos expresaron su preocupación por el proceso judicial y las condiciones de su encarcelamiento.
La liberación de Áñez generó reacciones divididas. Mientras sectores afines al Gobierno exigieron justicia por las víctimas de la represión durante su mandato, líderes opositores celebraron lo que consideran “una reparación judicial”. La ex mandataria permanecerá en La Paz para asistir a la ceremonia de investidura del presidente electo Rodrigo Paz antes de regresar a Trinidad para reunirse con su familia.