El origen de esta práctica, se remonta a las fiestas indígenas que celebraban el fin del año solar, y el inicio de un nuevo ciclo agrícola. Dichos pueblos utilizaban el agua y las flores para agradecer a la tierra.
Aunque al inicio se utilizaba el agua como símbolo de purificación, con el paso de los años esta práctica se ha ido adaptando a las costumbres actuales, señala Eugenio Espejo, en el primer periódico ecuatoriano “Primicias de las Culturas de Quito” escrito en 1792.
Otra explicación fue brindada por el historiador ecuatoriano Fernando Muñoz, quien asegura que el juego con agua podría tratarse de una degeneración de los rituales de purificación física de la religión católica, como el bautismo. De esta manera el juego con agua habría comenzado a practicarse en las épocas previas a la Cuaresma, es decir en carnaval.