Al igual que ocurrió con el funeral del papa Francisco, el primer día de pontificado de León XIV se ha convertido en una especie de cumbre alternativa con la guerra en Ucrania como telón de fondo. A la misa en San Pedro del Vaticano han asistido 150 delegaciones internacionales, entre los que se encontraban el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el vicepresidente de EE UU, JD Vance, que han escuchado cómo el Papa se refería en su discurso tras la homilía a una “martirizada Ucrania”, que “espera finalmente negociaciones para una paz justa y duradera”.
Estas palabras de León XIV vienen precedidas por el gesto de poner la Santa Sede a disposición de Ucrania y Rusia “para que ambas partes se reúnan y al menos dialoguen”, trasladó el pasado viernes el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin.
Tras mantener este domingo una audiencia con el Papa en el Vaticano, Zelenski ha agradecido la disposición de la Santa Sede “de convertirse en una plataforma para las conversaciones directas entre Ucrania y Rusia”, y ha reiterado que él y su equipo están “dispuestos a dialogar en cualquier formato en aras de resultados reales”.
El mandatario ucraniano ha dado las gracias por la audiencia a León XIV, a quien considera “un símbolo de esperanza de paz”, por “su clara defensa de una paz justa y duradera”. Es por ello que, según Zelenski, “la autoridad y la voz de la Santa Sede pueden desempeñar un papel importante para poner fin a esta guerra”, ha agregado en un mensaje publicado en redes sociales al término del encuentro.