Bajo el liderazgo del comandante en jefe supremo ruso y presidente del país, Vladímir Putin, Rusia realizó una sesión de entrenamiento de sus fuerzas nucleares estratégicas que involucró a sus tres componentes: terrestre, marítimo y aéreo. El Kremlin destacó que el ejercicio buscó evaluar la capacidad de respuesta y coordinación del sistema nuclear del país en distintos escenarios de defensa.
"Durante el entrenamiento se realizaron lanzamientos prácticos de misiles balísticos intercontinentales y misiles de crucero lanzados desde el aire", informó el Kremlin en un comunicado oficial. La operación incluyó el lanzamiento de un misil Yars desde el cosmódromo estatal de pruebas de Plesetsk, con destino al polígono militar de Kura, en Kamchatka. Además, el submarino nuclear Briansk lanzó un misil balístico Sinevá desde las profundidades del mar de Barents.
También participaron aviones estratégicos Tu-95MS, que lanzaron misiles de crucero desde el aire. "Se cumplieron todos los objetivos del entrenamiento", añadió el Kremlin, subrayando la precisión y efectividad de la maniobra. El ejercicio se enmarca en una serie de entrenamientos regulares destinados a fortalecer la preparación de las fuerzas armadas ante posibles amenazas externas.
El complejo estratégico Yars, pieza central de la tríada nuclear rusa, es un misil balístico intercontinental que entró en servicio en 2009 como evolución del Topol-M. Cada proyectil puede portar entre tres y seis ojivas nucleares de hasta 300 kilotones.
l Sinevá, con un alcance de 11 000 kilómetros, es lanzado desde submarinos y utiliza motores de combustible líquido, mientras que el Tu-95, bombardero turbohélice de largo alcance, puede cargar hasta 12 000 kilogramos de bombas y alcanzar velocidades de 920 km/h. Estos tres sistemas conforman la columna vertebral del poder disuasivo nuclear de Rusia.