Italia enfrenta una creciente preocupación sanitaria tras confirmarse tres nuevas muertes por el virus del Nilo Occidental, elevando a siete el número total de fallecidos. Las últimas víctimas fueron reportadas en las regiones de Campania y Lacio, donde un hombre de 86 años falleció en Roma, y otros dos pacientes de 74 y 68 años murieron en el sur del país. Todos presentaban condiciones preexistentes y permanecían internados en unidades de cuidados intensivos.
La propagación del virus, transmitido principalmente por mosquitos del género Culex, ha generado un aumento en las hospitalizaciones, con decenas de personas internadas y un paciente en estado crítico en la isla de Cerdeña. En respuesta, el gobierno ha implementado restricciones temporales a la donación de sangre en 31 provincias, incluyendo importantes centros urbanos como Roma, Nápoles, Venecia y Turín, o exige pruebas específicas a los donantes.
Frente al avance del virus, Francesco Rocca, presidente de la región del Lacio, anunció la inversión de un millón de euros en campañas de desinfección, asegurando a la población que “no se trata del Covid, pero sí debemos actuar con responsabilidad”. Las autoridades también promueven medidas individuales de prevención, como el uso de repelentes, ropa de manga larga y la eliminación de aguas estancadas, hábitat natural de los mosquitos portadores.
El Ministerio de Salud de Italia intensificó su llamado a la prevención, destacando que aves migratorias y gaviotas actúan como reservorios del virus. Por su parte, la Federación de Farmacéuticos informó que solo en la provincia de Roma se ha registrado un incremento del 20 % en la venta de productos repelentes, con picos más altos en zonas de alto riesgo.
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