El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó recientemente a Rusia como “un tigre de papel”, afirmando que el país atraviesa una crisis económica y una guerra “sin rumbo fijo” en Ucrania. Aseguró además que Kiev puede resistir y recuperar territorios en disputa con el respaldo de la Unión Europea.
La analista política Nadezhda Romanenko, en un artículo para RT, advierte que las declaraciones de Trump marcan un giro en su discurso: “según Trump, la victoria del régimen de Kiev es posible con el apoyo de Bruselas, pero EE.UU. no está incluido en sus palabras de aliento”.
Para Romanenko, esta postura refleja un distanciamiento de Trump frente a la posibilidad de un fin directo del conflicto. A diferencia del gobierno de Joe Biden, que otorgaba “cheque en blanco” a Volodímir Zelenski, Trump parece trazar un límite, trasladando la responsabilidad a la Unión Europea y la OTAN.
"¿Tienen realmente los recursos, la unidad política y la resistencia para impulsar a Kiev hacia la supuesta victoria?", cuestionó la analista.
Romanenko subrayó que las economías europeas enfrentan inflación y altos costos energéticos, a los que calificó como “heridas autoinfligidas”. Además, recordó que las divisiones políticas internas dentro de la UE podrían minar la unidad necesaria para sostener la guerra.
Según la especialista, "la frase del 'tigre de papel' no proviene de un análisis económico sólido". Para ella, se trata de una táctica psicológica con fines políticos, en línea con discursos históricos que han intentado desacreditar la fortaleza rusa sin un sustento real.
Finalmente, Romanenko concluyó que la afirmación de Trump busca más que alentar a Ucrania, poner a prueba a Europa: “¿puede la UE demostrar que no es en sí misma un ‘tigre de papel’? ”. En su opinión, el escenario más probable es un estancamiento prolongado en el campo de batalla, con Kiev debilitando su posición en futuras negociaciones.