En este segundo domingo de Adviento (8 de diciembre), te compartimos seis oraciones familiares que puedes usar para encender la segunda vela de la Corona. Que estas oraciones te ayuden a conectarte con el verdadero espíritu de Adviento y a hacer de esta espera algo más que una cuenta regresiva, sino un camino de fe y reflexión antes de la llegada del hijo de Dios.
- Señor, en este segundo domingo de Adviento, te pedimos que nos ayudes a preparar nuestros corazones para tu llegada. Que podamos vivir este tiempo de espera con un corazón abierto, dispuesto a recibirte con alegría y esperanza. Ayúdanos a reconocer tu presencia en medio de las pequeñas cosas diarias, y que nuestra fe crezca mientras nos acercamos al misterio de tu venida.
- Gracias, Señor, por la promesa de salvación que nos das. En este tiempo de Adviento, nos acercamos a ti con corazones llenos de gratitud y esperanza. Te pedimos que tu luz ilumine nuestras vidas y nos guíe a través de la oscuridad que a veces nos rodea. Que, en cada momento de incertidumbre, podamos recordar que Tú eres nuestra guía y nuestra fortaleza.
- Señor, en este tiempo de espera, queremos aprender a vivir con más paciencia y confianza. Ayúdanos a recordar que tu tiempo es perfecto y que, aunque a veces nuestras expectativas no se cumplan de inmediato, tú siempre estás trabajando en nuestro favor. Que en cada paso de nuestra espera, podamos sentir tu amor constante y tu cercanía, sabiendo que todo lo que vivimos tiene un propósito en tu plan divino.
- Al encender la segunda vela de la Corona de Adviento, te pedimos que esta luz nos recuerde la importancia de renovar nuestra fe en Ti. Que esta vela no solo ilumine nuestros hogares, sino que también encienda en nosotros el deseo de vivir con más generosidad y amor. Ayúdanos a compartir lo que tenemos, a brindar apoyo a quienes más lo necesitan y a ser un reflejo de tu paz y tu alegría en el mundo.
- Señor, te pedimos que este tiempo de Adviento nos acerque más a Ti. Que podamos vivirlo con un corazón lleno de alegría y esperanza, con la certeza de que tu venida transformará nuestras vidas. Que, mientras aguardamos tu llegada, podamos profundizar nuestra fe, vivir con más amor y llevar tu luz a todos los que nos rodean. Que este tiempo de preparación nos haga más conscientes de tu presencia en cada momento de nuestras vidas.