Hoy en Diario Viral conversamos con el bartender Dember Rondón, el cual nos habló acerca de sus mezclas personales, de su logro profesional interior. Es un mixólogo lleno de observación que plasma en su gran creatividad para nuevos sabores y experiencias.
Cuéntanos, ¿cómo decides entrar en el mundo de la coctelería y mixología? Fue algo imprevisto ya que soy cocinero de profesión pero quería más y decidí formarme en el arte del bar. Poco a poco fui conociendo más personas fui aprendiendo más y ahora quiero más en todo sentido.
¿Hace cuánto tiempo que comenzaron con el proyecto de Mandrágora? Hablar de este proyecto es algo loco y en Mandrágora hacemos locuras. El local en si tiene ya casi nueve años. Yo llevo en él tres. Para serte sincero el tiempo no pasa, cada día hay retos nuevos, ideas nuevas. En bebidas de autor, tenemos ocho cocteles en carta, pero si pusiéramos todo lo que hemos hecho haríamos libros. Yo solo mezclo lo que el público necesita. No sería una bebida de autor a los clientes que nos inspiran.
¿Trabajas con productos nacionales y los clásicos importados?
La primera influencia fue mi madre. Ella me enseñó casi todo. Y de ahí empecé con la instrucción en cocina y barra. Empecé a nutrirme de muchos lugares y personas. Luego hice mis propios moldes, pero siempre estoy apto para seguir aprendiendo. Trabajo con todo lo que se pueda mezclar y no sólo hablo de bebidas sino insumos en general. Con esto trato de decir que todo lo que exista en el mundo se puede mezclar y siempre eso será bienvenido en estas manos.
¿Cómo es el perfecto maridaje en un restobar? Es la unión de sabores entre la comida y la bebida. Pero, el perfecto maridaje se ve en la cara del cliente cuando disfruta lo que le ponemos en mesa, para mi es una satisfacción muy fuerte.
¿Cuál es tu punto de vista acerca de la posición que están tomando nuestros vinos y aguardientes nacionales en el extranjero?
La constancia que muchas personas ponen detrás de esos proyectos y es un éxito que aplaudo porque gracias a ellos ponemos un nivel y no podemos quedarnos atrás.
¿Dónde te encontramos? Pueden encontrarme en calle San Francisco 300, en el segundo piso. Además en Mandrágora siempre encontrarás buen rock.