Si bien, dormir con la boca abierta puede parecer inofensivo. Expertos de la salud advierten que esta práctica podría ser perjudicial para nuestra salud, ofreciendo recomendaciones para evitarla
De acuerdo a Carlos Saavedra, especialista en salud pública y director de la carrera de Medicina Humana de la Universidad Privada del Norte (UPN,) la respiración bucal durante el sueño puede estar relacionada con problemas respiratorios, congestión nasal, anatomía facial e incluso, hábitos adquiridos.
Asimismo, la glándula denominada “adenoides”, que se encuentra en la parte posterior de las fosas nasales, al inflamarse ocasiona una obstrucción que dificulta la respiración normal de las personas.
Recordemos, que las fosas nasales son la principal entrada para el aire que respiramos, si embargo, al dormir con la boca abierta son incapaces de filtrar y calentar el aire antes de que lleguen a los pulmones. Esta acción de acuerdo a Saavedra traería como consecuencia una inflamación de la mucosa bronquial para dar paso a procesos infecciosos.
Frente a ello, el especialista brinda estrategias para para mejorar la calidad del sueño:
- Mantener las vías nasales despejadas antes de dormir, utilizando soluciones salinas o descongestionantes nasales, previa recomendación médica.
- Probar diferentes posiciones de descanso. Algunas personas duermen tienden a dormir con la boca abierta cuando están boca arriba.
- Utilizar una almohada firme y de apoyo bajo el cuello puede ayudar a mantener la boca cerrada durante la noche.
- La sequedad bucal puede contribuir a dormir con la boca abierta, es importante mantenerse hidratado durante el día.
- Factores físicos como el cuello corto o la obesidad disminuyen el eje de ingreso del aire desde las fosas nasales hacia las vías respiratorias.
En resumen, dormir con la boca abierta a largo plazo puede traer consecuencias negativas para la salud, puesto que al interferir en la calidad de sueño, se ve afectada la estructura facial y los cambios de posición de los dientes.