La creciente inseguridad ciudadana en el país no solo deja víctimas materiales, sino también profundas heridas emocionales. Robos, violencia y la presencia de bandas criminales están generando niveles alarmantes de ansiedad, estrés y trastornos de sueño, afirmó psicóloga del Departamento Psicopedagógico de la Universidad La Salle, Khaterine Vargas.
Según la especialista, vivir en constante exposición a situaciones de riesgo puede derivar en trastornos de estrés postraumático, especialmente en niños, adolescentes y personas vulnerables. “Muchos desarrollan hipervigilancia, miedo a salir de casa, pensamientos negativos constantes y conductas de aislamiento”, advirtió.
La inseguridad también altera las rutinas cotidianas: personas que antes realizaban actividades normales, como estudiar o trabajar de noche, ahora optan por evitarlas por temor. Incluso pequeños ruidos, como el paso de una motocicleta, pueden desencadenar reacciones de pánico ante el temor de una balacera.
Para sobrellevar esta sensación de inseguridad, la psicóloga Vargas recomienda fortalecer redes de apoyo familiar y comunitarias, desarrollar la resiliencia, promover pensamientos positivos y, en casos necesarios, buscar apoyo profesional mediante psicoterapia para controlar la ansiedad o fobias.