La tiroides es una glándula pequeña, en forma de mariposa y situada en la base del cuello, produce hormonas que afectan a todas las células, tejidos y órganos.
Aunque pesa solo 25 gramos, las hormonas tiroideas que produce tienen un impacto crucial en el organismo, al regular el metabolismo, tiene un papel vital en la energía y el ritmo cardíaco. Por ello, cualquier desajuste en su funcionamiento puede dañar la salud humana.
Los problemas tiroideos no reciben la atención que merecen. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 750 millones de personas tienen alguna afección tiroidea, y sorprendentemente, cerca del 60 % no están al tanto de su situación. Los trastornos hormonales más asociados con la disfunción tiroidea son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Otro aspecto son los nódulos de tiroides.
El hipotiroidismo se manifiesta cuando la producción de hormonas tiroideas disminuye. Sus signos iniciales son inespecíficos, como fatiga, aumento de peso, estreñimiento, intolerancia al frío, caída del cabello, abortos en el primer trimestre o irregularidades menstruales.
El hipertiroidismo sobreproduce hormonas tiroideas. Este exceso hormonal afecta considerablemente el funcionamiento del cuerpo, provocando una serie de alteraciones, como perder peso, el nerviosismo, ansiedad, taquicardias o latidos cardíacos acelerados, dolores intestinales, náuseas, sensibilidad al calor, debilidad y fragilidad capilar, dificultades para conciliar el sueño e insomnio crónico.