Manuel de la Calva, mitad inseparable del Dúo Dinámico, murió a los 88 años en Madrid (España) dejando un legado que atraviesa generaciones. Su compañero y amigo de toda la vida, Ramón Arcusa, lo despidió con un mensaje conmovedor: “Mi amigo del alma, más que hermano, compañero de cien aventuras y de mil canciones, nos ha dejado hoy. No lloréis por él, no le gustaría. Fue el alma del dúo, siempre alegre, optimista, positivo”.
El artista luchaba contra una fibrosis pulmonar diagnosticada hace tres años, tras desplomarse en un concierto en Sitges.
Nacido en Barcelona en 1937, De la Calva encarnó el espíritu de un país que comenzaba a soñar. En 1958, junto a Arcusa, fundó el Dúo Dinámico, nombre que surgió casi por accidente cuando un locutor se negó a presentarles como The Dynamic Boys.
Aquella adaptación marcó el inicio de más de 60 años de música, cine y giras internacionales. Con temas como “Quince años tiene mi amor”, “Quisiera ser” o “Amor de verano”, el dúo se convirtió en fenómeno juvenil y referente de la cultura pop española.
La capilla ardiente se abrirá este miércoles 27 en el Palacio de Longoria, sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), desde las 11:00 hasta las 20:00 horas. Allí, compañeros de profesión y seguidores podrán despedir a uno de los ídolos más queridos de la música española, cuya obra suma más de 1200 canciones registradas.
Entre ellas destaca “Resistiré”, compuesta en 1988 y transformada en himno colectivo durante la pandemia de covid-19, un símbolo de resistencia que volvió a unir a la gente en medio de la adversidad.
Manuel de la Calva no fue solo un músico: fue un espejo de la juventud, un ídolo de la televisión en los años sesenta, un viajero incansable que compartió escenarios con Los Platters, Los Cinco Latinos o Lucho Gatica y un hombre que nunca se separó de su inseparable amigo Arcusa. Su historia es la de una amistad indestructible y de canciones que, aún hoy, resuenan con la misma fuerza con la que fueron compuestas. Se marcha el hombre, pero queda la voz que enseñó a soñar y resistir.