El virus de la gripe H3N2, específicamente su variación conocida como subclado K, circula de forma creciente en Europa, Asia y Norteamérica, y ha generado vigilancia sanitaria global por su rápida transmisión y potencial impacto en la salud pública, aunque las autoridades señalan que las vacunas siguen siendo la herramienta principal de protección.
“La vacunación continúa siendo la forma más eficaz de proteger a la población vulnerable y reducir la presión sobre servicios de salud,” afirmó el epidemiólogo consultor de inmunización en UKHSA, Jamie Lopez Bernal, refiriéndose a la actual temporada gripal.
La influenza A H3N2 es un virus respiratorio altamente contagioso que causa gripe estacional con síntomas que pueden ir desde fiebre alta, tos persistente y dolor de garganta hasta fatiga intensa y malestar general.
Esta variante subclado K ha mostrado cambios genéticos respecto a la cepa tradicional, lo que puede reducir la coincidencia con las vacunas formuladas con antígenos previos, aunque la vacunación reduce hospitalizaciones y complicaciones, especialmente en niños y adultos mayores.
Los síntomas comunes incluyen fiebre superior a 38 °C, dolor de cabeza, congestión nasal y dolores musculares, y en algunos casos pueden surgir complicaciones como neumonía o infecciones bacterianas secundarias, sobre todo en grupos vulnerables como personas con enfermedades crónicas.
Debido a su modo de transmisión por gotitas respiratorias y contacto con superficies contaminadas, se recomienda lavado frecuente de manos, uso de mascarilla en espacios concurridos y evitar el contacto cercano con personas enfermas.
Ante la circulación internacional del subclado K y los primeros casos detectados en países como Perú, las autoridades sanitarias instan a vacunarse contra la influenza, mantenerse alerta a síntomas, y aplicar medidas de higiene y prevención para reducir contagios y proteger a las poblaciones más vulnerables.