Cusco. Chumbivilcas es la tierra de los Q’orilazos que destaca por sus imponentes paisajes y costumbres que arraigan en la provincia desde hace años.
Para el chumbivilcano o también conocido como Q’orilazo torear significa alegría. Esta costumbre es heredada de sus ancestros y ellos lo consideran como el arte de enlazar toros bravos en tardes taurinas.
Vestido con sus botas de cuero, que son llamadas Karahuatanas, un sombrero característico de lana de oveja y con una capa roja, realizan las corridas de toros. En la actualidad esta costumbre se realiza en fechas festivas como Semana Santa, Día de la Madre, Navidad y Fiestas Patrias.
La música es infaltable en las corridas y tocan la singular Wuacahuacras, huaynos o al ritmo del charango, guitarra y el carnavalesco ‘pinkullo’ instrumento de viento.
Además en Chumbivilcas destacan grupos folclóricos como Velille, Pancho Gómezz Negrón, la Estudiantina Universitaria Chumbivilcana, Florita Aguirre que perduran en los años y transmiten historia de la provincia.
Otra costumbre que nos cuenta el comunicador Aníbal Arredondo, es domar potros salvajes y en cualquier momento montar a su caballo y galopar a su ganado.
En diciembre la ruta del q’orilazo es una fiesta que se celebra al ritmo de Wayliya y Takanakuy. Este último significa “golpearse entre sí” y es una costumbre que nació en Chumbivilcas, donde -cada 25 de diciembre- los q’orilazos se agarran a golpes en un duelo a mano limpia para arreglar disputas pendientes: conflictos de amor, tierras, honor entre otros.
La ruta del Q’orilazo es extensa y aún tiene mucho por descubrir. El comunicador Henry Ugarte, a través de su revista ‘Chumbivilcas, presencia del Q’orilazo’, pide que las costumbres permanezcan intactas y no se olviden con el pasar de los años.