Mientras las autoridades peruanas activaban alertas de seguridad ante la posible llegada de olas anómalas provocadas por un terremoto en Rusia, varios tiktokers decidieron ignorar las recomendaciones y acudieron a las playas de la Costa Verde con cámaras listas para capturar el momento.
La Dirección de Hidrografía y Navegación (DHN) había advertido sobre la posibilidad de olas de entre 1 y 2.31 metros de altura, producto del fuerte sismo registrado en aguas del Pacífico. Sin embargo, esto no disuadió a los curiosos, muchos de ellos creadores de contenido en redes sociales, que se dieron cita la noche del 29 de julio en diversos puntos del litoral limeño.
Grabaron en plena alerta
La escena fue difundida por el usuario Roger García a través de su cuenta en X (antes Twitter), donde mostró a varios jóvenes reunidos frente al mar con sus celulares listos. El post, acompañado del comentario “Mientras tanto... los tiktokers esperando las olas”, se volvió viral de inmediato.
Las respuestas no tardaron en llegar. Entre bromas y críticas, los usuarios de redes sociales comentaron:
“El nivel de estupidez es inmenso”,
“Por eso somos tercermundistas” y
“Es Perú, nunca lo entenderías”.
Aunque muchos lo tomaron con humor, otros recordaron el riesgo real de acercarse al litoral durante una alerta de tsunami.
El peligro era real
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y la Marina de Guerra del Perú compartieron la advertencia de forma oficial. Según el informe, el puerto La Cruz (Tumbes) sería el primero en recibir el tren de olas, a las 10:09 a.m. del 30 de julio, con una altura de 1 metro.
Le seguirían Talara (Piura) con 2.31 metros a las 10:16 a.m., convirtiéndose en la zona más afectada, y Paita, también en Piura, con olas de 1.51 metros. Más al sur, en Pisco (Ica), se esperaban olas de 1.37 metros cerca de las 11:40 a.m.
A pesar de la precisión del pronóstico y el llamado a la precaución, la fiebre por crear contenido pesó más para muchos tiktokers. Su presencia en las playas evidenció una preocupante tendencia a minimizar las alertas oficiales en favor del entretenimiento digital.
Mientras las autoridades insisten en tomar con seriedad los avisos de emergencia, algunos sectores de la población priorizan la viralidad antes que la seguridad. El episodio en la Costa Verde deja una lección clara: la exposición innecesaria frente a fenómenos naturales no es solo imprudente, sino potencialmente mortal.