Las autoridades de la región Piura han convocado a una paralización para el martes 18 de abril. Esta medida se hace en protesta contra la poca o nula acción del Gobierno para atender la emergencia desatada por las intensas lluvias en el norte del país.
La protesta también es respaldada por las autoridades ediles. La indignación crece, pues ha transcurrido más de un mes desde que se intensificaron los efectos del ciclón Yaku en el norte del país, lo que trajo lluvias de intensidad muy fuerte e inundaciones en regiones que en años anteriores ya habían sido golpeadas por el fenómeno El Niño.
La ayuda entregada hasta el momento resulta insuficiente. Ante ello ha surgido la respuesta de representantes del Ejecutivo como el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, para quien sería muy perjudicial acatar una paralización en este momento. La región Piura, al igual que el resto del país, necesita reactivarse económicamente y una protesta solo impediría que esto se dé.
De esta forma, se repite el escenario de otras regiones de nuestro Perú, donde la ayuda demoró más de la cuenta para llegar a quienes lo necesitan. En estos casos, aquello que tarda termina por perjudicar más a quienes se ven afectados por la inclemencia de la naturaleza.
Cierto es que la indignación nos puede llevar a medidas desesperadas, también resulta importante resaltar que lo más necesario es impulsar la reactivación.
Para nuestros gobernantes (nacionales, regionales y municipales) va el mensaje de la necesidad de despliegue más rápido de ayuda ante la desgracia. Existen pedidos muy urgentes apenas ocurren los desastres y deben ser atendidos para evitar más daños entre la población.