López Obrador, presidente de México, recibe de su propia medicina, pero en dosis alta. El Zócalo – la plaza mayor de ciudad de México, dos veces más grande que la plaza mayor de Lima y la plaza San Martín juntas) fue escenario de un multitudinario rechazo popular a sus intensiones de perpetuarse en el poder.
Lo dijimos antes: La reacción ciudadana actúa ciñéndose a la segunda ley física enunciada por Sir Isaac Newton: toda acción tiene una reacción en igual magnitud pero en sentido contrario.
Lo mismo sucede aquí. La población se organiza para rechazar la insurgencia extremista disfrazada de protesta ciudadana. Y como era de esperarse, la ONU plantea plazos al gobierno de Boluarte para informar sobre las 60 personas fallecidas durante las manifestaciones; Estados Unidos pide acuerdo entre Ejecutivo y Legislativo para nuevas elecciones y Amnistía Internacional investiga - lo considerado por la ONG - violaciones a los derechos humanos cometidas por el Gobierno.
De esta manera, el senderismo logró internacionalizar a su favor su sedición disfrazada de descontento popular.
No obstante, como en los ochenta, no logra apoyo contundente. Para tanta inversión económica y tiempo de preparación, los resultados son unos cuantos rentados en las calles y centenas de azuzadores por Internet, incapaces de poner el pecho como los maoístas quisieran.
Perú marca la pauta contra el socialismo. Mal ejemplo para región, según el eje bolivariano. Por esto, sus fuerzas se concentran aquí. Y tal como Junín y Ayacucho, las batallas por la libertad continental, se libraran en suelo peruano.
Finalmente, las intervenciones extranjeras serán efemérides para la historia. Después veremos el comportamiento de la clase política local, supuestamente apegada a los valores libertarios. ¿Defenderá a Boluarte frente a la amenaza de procesarla por las muertes producidas por los agitadores como parte de su estrategia de victimización?
La segunda “toma de Lima” está en marcha. En la anterior, los que llegaron a la capital fueron abandonados a su suerte después de las protestas enfriadas.
Otras “tomas” y bloqueos nos acompañarán por largo rato hasta que una corriente ciudadana alrededor de liderazgos firmes diga ¡basta ya!
*Las opiniones de los columnistas son personales.