Nos encontramos a seis días de conmemorarse 202 años de nuestra independencia peruana. Han pasado más de dos siglos en los cuales todavía tenemos que vencer dificultades que nos impiden salir de la crisis.
Ayer analizábamos el aspecto político y los principales obstáculos que se deben vencer. Ahora nos enfocaremos en otros aspectos tan o más importantes para el desarrollo del país. Hablamos de salud y educación, considerados soportes para que la sociedad pueda crecer.
En el caso de nuestro sistema de salud, contamos con problemas en los nosocomios de todo el país, son antiguos, sin equipos, sin personal, sin plata, sin voluntad de las autoridades. A esto sumamos la poca humanidad de una parte del personal que atiende al paciente y ello parece que poco o nada le ha interesado a los sucesivos gobernantes que no se han preocupado en políticas constantes para darle calidad a este sector.
En el caso de educación, la realidad nos dice que todavía somos de los países con menor índice de comprensión lectora y razonamiento matemático de la región. Los sucesivos estudios realizados por entidades a nivel internacional lo demuestran. Si a eso le sumamos que los gobernantes tampoco mantienen la constancia necesaria para ayudar a nuestros educados, tenemos que el Perú seguirá estancado en la reforma educativa.
Sin embargo, no todo está perdido. En salud también hay buenos profesionales y se hace investigación en algunos aspectos para ayudar al paciente.
En educación, hay docentes que sí se preocupan porque sus alumnos crezcan y no les importan los sacrificios que hacen con tal de llevar adelante su tarea de enseñar. Esperemos que quienes nos gobiernan se contagien de este espíritu y ayuden al país, al margen de sus intereses personales.
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